Ya no sorprenden las manifestaciones de amor y fidelidad de los hinchas de Newell’s. Si hubo casi 30 mil personas en el último banderazo pre clásico en el Coloso, ¿cómo no se iban a juntar varios centenares de fanáticos rojinegros para apuntalar el ánimo de un plantel que todavía tiene chances de vuelta olímpica?

Está claro, el hincha acusó el golpe de la derrota ante Arsenal, y entendió que este era el momento para salir a apoyar a un grupo que también está dolido por la forma en que se perdió la punta del campeonato, antes de un partido en el que no queda otra que salir a ganar para meterle presión a Banfield.

Por eso, unas 500 personas se congregaron en Moreno y Mendoza, en la puerta de la parrilla en la que los futbolistas de la Lepra habitualmente almuerzan antes de viajar. Allí no pararon de cantar, hasta que todo estalló cuando llegó el micro con los jugadores y el cuerpo técnico.

La seguridad del plantel armó un cordón, entre los que también estaba el manager Gustavo Dezotti, y los protagonistas rojinegros empezaron a descender entre cánticos, bombas de estruendo y gritos de apoyo.

Muchos de los jugadores se sorprendieron con la espontánea marcha de respaldo; claro, se trataba especialmente de los que llegaron este año al club. A los otros, los que conocen esta ciudad, ya no los sorprende tanta demostración de amor.