La nube de mosquitos que invade la ciudad corre con ventaja. Es que no sólo juega a su favor el cambio climático (las lluvias sin fin y las altas temperaturas) sino la falta de productos repelentes por una creciente demanda en la ciudad.

Según explicó a Rosario3.com el titular de Control de Vectores del municipio, Jorge Dañil, “la lluvia es un factor fundamental para que aumente la cantidad, además de la temperatura que no baja”. Para atenuar el impacto de los insectos es necesario tener un promedio de 10 grados; es decir una mínima de alrededor de 7 grados y una máxima de 15, precisó el especialista.

Mientras eso no ocurra (de hecho el pronóstico del tiempo señala lluvias para el miércoles y temperaturas por encima de las detalladas por Dañil), los rosarinos deben dar batalla como pueden. Y, la escasez de productos repelentes, no ayuda para nada en esa empresa.

“La demanda ha crecido muchísimo, se vende de todo y todo tipo de marcas. Esta semana se nos terminó el stock y hemos pedido renovarlo pero llegará en unos días”, aseguró una cajera de un supermercado céntrico al móvil de Radio 2, que pudo verificar el faltante de repelentes tanto en crema como en aerosol en farmacias y comercios.

Sin armas y con las condiciones climáticas en contra, los rosarinos la tienen difícil contra los mosquitos, que se apoderaron de la ciudad (y encima sumaron a un hermano menor, que es más chiquito y no pica, pero jode). ¿Y si fumigan? “El manejo integral de plagas no depende sólo del control químico, ese es uno de los factores, también entran en juego otras cuestiones como la educación sanitaria: vaciar recipientes y no dejar lugares que junten agua, por ejemplo”, respondió al respecto Dañil.