Montado en un blanco córcel y escoltado por sus soldados, Manuel Belgrano –representado por el actor Matías Martínez– marchó por la ciudad hasta llegar a la ribera del Paraná donde juró lealtad al pabellón. En este emotivo momento, el helicóptero presidencial cruzó el cielo rosarino: la mandataria Cristina Fernández llegó justo a tiempo para el cierre de la recreación de aquel 27 de febrero de 1812. Ya una vez en el escenario, estrechó las manos de Belgrano.
"Argentinos y argentinas –habló Martínez en la piel del prócer–, cuando llegué a la capilla de Rosario era verano. Tuve que tomar la decisión más importante de mi vida, una decisión de Estado, crear una bandera. ¡Viva la patria!". Con estas palabras, y ante la escucha atenta de la jefa del Estado, Belgrano le dio paso a la presidenta para que tomara su lugar en el podio y diera rienda a su alocución. Minutos antes la intendenta Mónica Fein había expresado ya su discurso.
En tanto desde la explanada del Monumento, banderas partidarias se mezclaban con las celestes y blancas, en el mismo lugar donde el día anterior flamearon las rojinegras por el campeonato de Newell´s.
El recorrido de la marcha de Belgrano, en recreación al 27 de febrero de 1912, se inició cerca de las 11 en 27 de Febrero y Maipú y continuó por Buenos Aires hasta la avenida que lleva el nombre del prócer.
Después de los discursos se esperan otras actividades: entre ellas las presentaciones de Lito Vitale, Juan Carlos Baglietto y otros miembros de la trova rosarina.