El papa Benedicto XVI volvió a recordar la posición de la Iglesia Católica en contra de la legislación de la interrupción voluntaria del embarazo y de la eutanasia.

Joseph Ratzinger hizo ese recordatorio en el sermón dominical del Angelus pronunciado ante miles de fieles católicos congregados en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

El Obispo de Roma recordó que hoy en Italia se celebra la Jornada de la Vida y explicó que ésta es "obra de Dios" y "no se puede negar a nadie, ni al pequeño e indefenso feto ni a quienes presentan graves discapacidades".

También invitó "a no caer en el engaño de pensar que se puede disponer de la vida hasta poder legitimar su interrupción con la eutanasia, enmascarándola con un velo de humana piedad".

Luego, Benedicto XVI se refirió la familia de la que dijo "está marcada por una profunda crisis y debe afrontar múltiples desafíos".

Por ese motivo, comentó que "es necesario defenderla, ayudarla, protegerla y valorarla en su exclusividad irrepetible".

Aunque esa obligación de defender la familia "compete primero a los esposos", el Papa dijo también que es "un deber prioritario de la Iglesia y de toda institución pública".

Por ese motivo, pidió "iniciativas pastorales y políticas que tengan en cuenta las necesidades reales de los cónyuges, de los ancianos y de las nuevas generaciones".

Ratzinger saludó después en varias lenguas a los peregrinos católicos concentrados en la plaza y a los de habla española les deseó "feliz domingo".