La llamada Fiesta de la Libertad, organizada para conmemorar los 20 años de la caída del Muro de Berlín, llegó a su fin este lunes con un espectáculo de fuegos artificiales y con la interpretación del himno We are one de Paul van Dyke.

Mientras tanto, caían las últimas piezas gigantes de dominó que habían sido colocadas a lo largo del tramo en el corazón de la ciudad que hasta hace veinte años recorrió el Muro de Berlín separando la capital alemana.

La Fiesta de la Libertad estuvo presidida por la canciller germana, Angela Merkel, y contó con la asistencia de líderes de todos los países de la Unión Europea (UE), entre ellos el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, así como el presidente ruso, Dmitri Medvedev, y la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton.

La Puerta de Brandeburgo, que en otro tiempo estuvo cercada por el muro y las alambrados, terminó iluminada por los fuegos artificiales.

El argentino Daniel Baremboim dirigió la orquesta que brindó un concierto al que asistieron jefes de Estado de las principales potencias.

Las celebraciones comenzaron con una misa ecuménica en la iglesia de Gethsemane, a la que asistieron, entre otros, el presidente federal, Horst Köhler, y Merkel, para rendir así homenaje a las fuerzas opositoras en la extinta RDA que protagonizaron la revolución pacífica que a fines de 1989 condujo al fin de la división de Alemania.

La iglesia de Gethsemane fue durante las semanas previas a la caída del Muro lugar de encuentro y reunión de la disidencia y la oposición en el este de la capital alemana.

En una declaración hecha pública, el jefe de Estado germano no quiso olvidar, sin embargo, que este aniversario coincide con el de la Noche de los Cristales Rotos en 1938, cuando el régimen nacionalsocialista inició la persecución sistemática de los judíos con la quema de sus comercios y sinagogas.

"El 9 de noviembre de 1938 y el 9 de noviembre de 1989 están estrechamente ligados", dijo Köhler pocas horas antes de que los actos conmemorativos de la caída del Muro de Berlín culminen con una "Fiesta de la Libertad" en la Puerta de Brandeburgo ante numerosos estadistas de todo el mundo.

El acto finalizó con el derribo de una simbólica hilera de piezas gigantes de dominó decoradas por artistas y niños de todo el mundo, emplazada a lo largo del 1,5 kilómetros del trazado del antiguo Muro de Berlín, para recordar el fin de la "Cortina de Hierro" y la división de Berlín, Alemania y Europa.