Como abogado defensor, Joseph Blatter pasaría hambre. El máximo dirigente de la FIFA quiso minimizar la magnitud del escándalo por los arreglos de partidos de fútbol y dijo que son "sólo un pequeño porcentaje" de los que se disputan en todo el mundo.

El suizo aseguró este sábado en Botswana que, según sus cálculos, los 700 juegos arreglados de los que habló el lunes la Interpol suponen únicamente un 0,04 por ciento del más de un millón que se juegan al año en todo el planeta, informó DPA.

Para Blatter, el problema de la corrupción también es más pequeño de lo que se presenta.

La policía europea anunció que 680 partidos recientes en todo el mundo, donde se encuentra uno del sub20 argentino frente a su par de Bolivia, fueron o pueden haber sido arreglados por las apuestas clandestinas. Blatter afirmó entonces que más de un millón de partidos al año no tienen problemas.
 
"El fútbol es tan grande, que lo superaremos", dijo el presidente de FIFA. El arreglo de partidos afecta sólo "a un pequeño porcentaje. El fútbol no morirá", agregó.

El suizo de 76 años está embarcado en un viaje por cuatro países del continente antes de la final de la Copa de África que disputarán Nigeria y Burkina Faso.

Para el dirigente, el mayor problema está en el racismo. La FIFA estudia actualmente duras sanciones para los equipos cuyos fans o jugadores tengan actitudes racistas, advirtió.

"También estamos pensando en quitar puntos", dijo Blatter en la capital de Botswana, Gaborone. "Y si sucede en una eliminatoria, entonces hay que expulsar al equipo de la competición".