Representantes diplomáticos británicos y de la Unión Europea iniciarán este lunes en Bélgica las negociaciones para la salida del Reino Unido del bloque regional, en un contexto de creciente debilitamiento del gobierno de Theresa May, luego del revés electoral del 8 de junio en el que perdió la mayoría absoluta en el Parlamento.

A casi un año de realizada la consulta popular que habilitó la salida del Reino Unido de la Unión Europea, este lunes se darán el punta pie formal para alcanzar un acuerdo.

El ministro británico para la salida de la Unión Europea (UE), el conservador David Davis, será el negociador de su país en Bruselas, donde se sentará este lunes cara a cara con su colega comunitario, Michel Barnier, para iniciar un complicado y tenso proceso de salida que dejará al bloque, en marzo de 2019, sin una de las grandes economías europeas.

Estas conversaciones, que fueron postergadas por los comicios británicos, empiezan casi tres meses después de que la primera ministra, Theresa May, invocara el Artículo 50 del Tratado de Lisboa, que activó la cuenta regresiva para el Brexit.

Una de las metas de Londres es sellar un acuerdo comercial entre ambas partes, que el gobierno británico confiaba en negociar de forma paralela a las conversaciones de salida; sin embargo se trata de un punto no recibido con buenos ojos por Bruselas.

Muy debilitada al perder la mayoría absoluta en las elecciones generales anticipadas de principios de mes, May puede verse obligada a replantear sus objetivos de negociación y decantarse por un llamado Brexit "suave", la retirada pero con acceso al mercado único y la unión aduanera, informó la agencia de noticias EFE.

Hasta ahora, la primera ministra se había planteado un salida más extrema, la retirada del mercado único para poder controlar la inmigración, una posición que ha despertado la inquietud del Gobierno nacionalista escocés y de la colonia británica de Gibraltar, partidarios de seguir teniendo acceso al mercado comunitario.