Estas fechas suelen ser tiempo de balance. Si lleváramos al año que se va, 2006, a un psicólogo para que contara todo lo que le pasó –pasado por el tamiz informativo, claro– se podría concluir –sí, es lo que se denomina psicología barata– que se trata de un paciente ciclotímico. O bipolar, como se dice ahora. Y ojo que 2007 no será sencillo, sobre todo si se tiene en cuenta que será un año de decisiones trascendentales para el país, la provincia y la ciudad, ya que se elige presidente, gobernador e intendente.

Pero si hablamos de 2006, a nivel nacional, por ejemplo, podría ponerse en el campo del haber la consolidación del crecimiento económico, el alza de las exportaciones, el freno a la tentación hegemónica que significó la derrota de Carlos Rovira en Misiones y el avance de las causas en las que se investiga el accionar represivo durante la dictadura, en otro paso hacia el fin de la impunidad que los personeros de la muerte creyeron que iba a ser eterna. Pero justamente en torno a este mismo tema se pudo ver el costado más negativo de un país en el que quedó claro que lo peor de ese pasado oscuro no está enterrado –ni encerrado– y camina entre nosotros, siempre al acecho: las desapariciones de los testigos Jorge Julio López –aún con paradero incierto– y Luis Gerez –que en un mejor final sí se pudo reencontrar con los suyos– así lo indican.

Por lo demás, la batalla de San Vicente en oportunidad del traslado del cadáver de Perón, la profundización de las diferencias con Uruguay en torno a las papeleras, el enfrentamiento entre el campo y un gobierno que se muestra reacio al diálogo aparecen como otros de los puntos que engrosan la columna del debe.

A nivel local también aparecen los contrastes. La ciudad y la región siguen siendo epicentro del crecimiento económico –y de anuncios grandilocuentes como el del tren bala– pero al mismo tiempo día a día se desnudan situaciones de pobreza extrema en el enorme cordón de villas que circunda una ciudad que en el centro y sobre el río se muestra floreciente.

Para abundar con lo de los contrastes, “la mejor ciudad para vivir”, la de los mejores índices de calidad de vida según un informe de más ni menos que la eterna rival Córdoba, tuvo estos años nuevas muestras de su crisis en los servicios públicos, como colectivos, taxis –con situaciones de inseguridad, paros y aumentos de tarifa en puerta incluidos– y más recientemente en el suministro eléctrico, con los cortes que arrancaron nuevamente con el verano.

Pero el hecho de 2006 que seguramente no se olvidará es el de la inusual pedrea que sacudió a Rosario el 15 de noviembre, que generó cinco muertes, destrucción al por mayor y caos. El lado bueno del asunto: el trabajo coordinado de la Municipalidad y la provincia –que durante todo el año pulsearon por temas como coparticipación, salud y cultura– que al menos por unos días entendieron que había que dejar de lado diferencias que parecen enfocadas a la contienda electoral de 2007.

Si hablamos de la provincia, en tanto, los accidentes fatales en las rutas son un punto imposible de soslayar.

La muerte, puede decirse, fue la gran protagonista a nivel internacional. La señora de negro sigue omnipresente en Medio Oriente –con su clímax en la guerra del Líbano– y su cabecera de playa en Irak, donde apenas un día antes de terminar el año se llevó a uno de sus escuderos históricos: Saddam Hussein, objeto de una ejecución cuestionada en todo el mundo.

En Latinoamérica, la parca no esperó a una justicia que actúa con ritmo de tortuga y se llevó a otro de sus grandes representantes, Augusto Pinochet.

Mucho se habló también de la posible muerte de Fidel Castro, que aquejado por una grave enfermedad tuvo que delegar por primera vez en casi 50 años el poder en Cuba. Semana tras semana se sucedieron las especulaciones sobre el verdadero estado de salud del líder comunista, que no pudo retomar el mando, ahora en manos de su hermano Raúl, pero que en el año que queda atrás tampoco les dio el gusto a los que, en Miami, tienen todo listo para desatar el festejo.

El balance deja espacio también para la autorreferencia. Para este nuevo Rosario3.com 2006 no sólo fue un gran año: fue el único. Es que este medio tiene apenas cinco meses con este formato de diario digital. Poco tiempo –al menos ese es el deseo– si se tiene en cuenta lo que tenemos por delante. Pero suficiente para –con la invalorable ayuda de sus hermanos mayores Canal 3 y Radio 2– convertirse en una verdadera alternativa de información, entretenimiento y participación en Internet. El deseo íntimo es que este 20 de julio de 2007, cuando se cumpla un año del lanzamiento, Rosario3.com ya no sea sólo, como dice el eslogan publicitario, “tu nuevo medio”, sino que aproveche el guiño del almanaque y se convierta en tu “medio amigo”.

Feliz año nuevo para todos.