Una vez más, el presidente George W. Bush insisitió con intensificar su cruzada antiterrorista y uno de los medios más eficacez es, según el norteamericano, poner al día ley que reglamenta el acceso de los servicios secretos a las comunicaciones telefónicas de sospechosos terroristas para que permita el monitoreo de celulares y de Internet.
Días después de que un informe dijera que se acrecentaron las posibilidades de un nuevo ataque de Al-Qaeda a los Estados Unidos, el presidente estadounidense exigió la modernización de esta norma, que ya trae polémica porque podría dar lugar a limitaciones injustificadas de las libertades individuales por parte del Estado.
Cabe destacar que las escuchas telefónicas ya desataron un escándalo en la gestión Bush. El mandatario aprobó un sistema de escuchas telefónicas sin orden judicial tras los atentados del 11 de Septiembre, contra lo establecido por la legislación actual, que prevé la conformación de un tribunal secreto para autorizar o denegar las peticiones de escuchas por parte de los organismos de seguridad.
Además, Bush pidió sin éxito al Congreso la aprobación retroactiva de estas escuchas. Los terroristas "quieren volver a atacar" Estados Unidos, dijo ayer, en su programa radial de los sábados. "Para detenerlos, nuestros profesionales militares, policiales y de inteligencia necesitan la mayor información posible sobre quiénes son los terroristas, dónde se encuentran y qué es lo que están planeando", añadió.
Pese a esa necesidad, Bush dijo que la ley actual de escuchas telefónicas -llamada ley de supervisión de datos de inteligencia sobre extranjeros (FISA, por sus siglas en inglés)- "fue escrita en 1978 y enfocaba las tecnologías de aquella época".
"Está seriamente desactualizada y el Congreso debe actuar para modernizarla", añadió el mandatario. "Hoy en día enfrentamos a terroristas sofisticados que usan teléfonos celulares desechables, así como Internet para comunicarse entre sí, reclutar agentes y planear ataques contra nuestro país", manifestó el presidente, que recordó, además, que "tecnologías como éstas no estaban disponibles cuando la norma fue aprobada hace casi 30 años".
"Como resultado, nuestro país se ve perjudicado en su capacidad para adquirir los datos vitales que necesitamos para garantizar la seguridad del pueblo estadounidense", afirmó Bush, que insistió en que el Congreso "debe actuar para modernizar" esa ley.
Sin embargo, la mayoría demócrata en el Congreso ha expresado su renuencia a aprobar una reforma de la FISA de manera apresurada, ante el riesgo de conceder al gobierno demasiados poderes de supervisión y de perjudicar las libertades de los ciudadanos.
En un comunicado, el presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Silvestre Reyes, afirmó: "Hasta el momento nuestra evaluación ha descubierto numerosos problemas en el sistema actual de FISA".
Así, Reyes aludió a que Bush aprobó un programa sin necesidad de autorización judicial en diciembre de 2005 contra lo establecido por la ley. Sin embargo, afirmó: "No está claro aún si son necesarios cambios en la normativa actual, pero si son necesarios y están justificados, los afrontaremos".
Por otro lado, Bush dijo ayer que promulgará un proyecto aprobado por el Congreso el jueves pasado, que destina más dinero a los estados y las ciudades con mayor riesgo de sufrir ataques terroristas y expande las inspecciones de cargas aéreas y marítimas destinadas a Estados Unidos que se vienen realizando desde antes del inicio de la invasión norteamericana a Irak, en marzo de 2003.
Fuente: EFE