“La violencia contra las mujeres continúa siendo un problema social y político gravísimo en nuestro país, una violación de los derechos humanos”. Así se expresó a través de un informe, el Área de la Mujer de la Secretaría de Promoción Social, en el marco del 25 de noviembre, Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer.

El problema existe y las cifras lo demuestran. Según las mujeres entrevistadas en los centros de distritos, existe “un descenso en la edad promedio respecto de la consulta en el Teléfono Verde (dependiente del Programa de de Atención y Prevención de la Violencia de Género) , tendencia que se acentúa aún más si observamos la población albergada en los hogares (centros de protección para mujeres en situación de riesgo) , ya que allí la mayoría tiene entre 21 y 30 años de edad”, remarcaron autoridades municipales.

Según destacaron en el informe, esto puede tener varias lecturas. “Puede ser que la mayor cronicidad de la violencia dificulta la toma de decisión por parte de la mujer a realizar acciones concretas para resolver la situación”, consideraron. Sin embargo, también constataron que en muchas oportunidades, “las mujeres mayores perciben que pueden manejar la situación y tienen más recursos para separarse o irse de la casa sin recurrir a la Ley de Violencia”.

Otra lectura posible es que “las jóvenes sean más vulnerables por tener menos recursos e hijos más pequeños o bien, que entre las jóvenes esté menos naturalizado soportar la violencia como destino femenino”, concluyeron.

Un teléfono verde que está en rojo

Desde el Programa de Atención y Prevención de la Violencia de Género dependiente de este área municipal, informaron que en lo que va del año el total de llamadas entrantes y salientes por Violencia Familiar en el Teléfono Verde fueron 2.314, De esa cifra- destacaron- 146 fueron consultas por conflictos familiares, 29 por violencia sexual, 2.048 fueron llamados en donde las víctimas fueron mujeres y 353 donde fueron niños o adolescentes. Otro dato relevante es el vínculo con el agresor: en el 80.5% de los llamados corresponden a pareja o ex pareja. El resto se diversifica de la siguiente manera: padres: 7,7%, hijos: 4,8%, otros: 6,8%. Por otra parte, la mayoría de las denuncias corresponde a mujeres que mantienen con sus agresores relaciones de más de 10 años.

De los Centros de Protección para mujeres que funcionan en la ciudad se desprende que hasta el 13 de noviembre de 2009, fueron albergadas 56 mujeres con 125 niños mientras que en 2008 el total fue de 55 mujeres y 133 niños.

En tanto, los casos de violencia atendidos en los Centros Municipales de Distrito hasta el momento fue de 209 y en el 30% de estos casos se realizaron presentaciones judiciales. Finalmente, se difundió que también se atendieron 38 casos en Políticas de Género para Adolescentes del Programa Noviazgos sin Violencia.

De acuerdo a fuentes oficiales, existe un nivel de consulta que se mantiene en los últimos 5 años, siendo el motivo principal la violencia doméstica. Además, destacaron que “la inmensa mayoría de los llamados los realizan mujeres que sufren una situación crónica de violencia de género”.

Dispositivos municipales contra la violencia de género

El “Programa de Atención y Prevención de la Violencia de Género” del Área de la Mujer de la Municipalidad de Rosario cuenta con diferentes dispositivos de atención para las mujeres que sufren violencia: Teléfono Verde, atención en centros municipales de distrito, asesoramiento jurídico, abordaje integral de la problemática desde las áreas social y psicológica, articulación con otras áreas gubernamentales y organizaciones de la comunidad y centros de protección para mujeres y sus hijos e hijas en situaciones de riesgo.

En los Distritos se realizan entrevistas a cada mujer, se articula el abordaje del caso con las otras instituciones que tienen relación con el mismo (centros de Salud, centros Crecer, organizaciones barriales, entre otras), se trabaja en el fortalecimiento de sus vínculos y se la acompaña en todo el camino que debe recorrer en función de salir de una situación de violencia, a través de la atención psicológica, social y el asesoramiento legal.

En los casos de mayor complejidad se requiere continuar el trabajo de acompañamiento mucho después de logradas las medidas judiciales de protección y, en algunos casos, por la gravedad y la falta de otros recursos, la mujer debe ingresar con sus niños a un Centro de Protección.

En los Centros de Protección el tiempo promedio de permanencia de una mujer con su hijos es de tres meses, lapso que varía de acuerdo a la complejidad de cada caso y a los recursos de todo tipo que cada mujer posea (trabajo, redes sociales, apoyo familiar, vivienda propia). La falta de perspectivas laborales y la imposibilidad de acceder a una vivienda dificulta enormemente poder armar un proyecto de vida independiente.

En general, las mujeres que requieren ingresar porque necesitan ser protegidas tienen un mayor nivel de vulnerabilidad social: no tienen recursos materiales propios, escaso o nulo apoyo familiar, son más jóvenes, tienen hijos pequeños y/o están embarazadas, sufrieron maltrato crónico desde edades muy tempranas, y el grado de peligrosidad del agresor es muy alto.

En el 98% de las situaciones el agresor es la pareja o ex pareja. Esto explica que, a pesar de que en todos los casos se realizaron presentaciones judiciales para pedir medidas de protección (Ley 11.529), sólo tres mujeres solicitaron la exclusión del hogar del agresor, ya que no sintieron garantizada su integridad física ni la de sus hijos/as si volvían a la misma casa. Esta evaluación es realizada también por el equipo profesional interviniente.