No habían pasado ni siquiera doce horas del pitazo final de Brazenas que desató el delirio por el 2 a 0 ante Independiente, que ya los muchachos de Central se habían vuelto a calzar los cortos. Y no precisamente para disfrutar de un asado junto a la pileta. Es que este domingo por la mañana, en el predio Palos Verdes, el plantel auriazul retomó los entrenamientos de cara al choque del próximo viernes a las 19 ante Huracán en Buenos Aires, juego válido por la cuarta fecha del Clausura que será llevado a cabo en la cancha del Globo si es habilitada, y si no en el estadio de Argentinos Juniors.

Para tal compromiso, el entrenador Leonardo Madelón deberá buscarle reemplazantes a los suspendidos Leonardo Borzani y Walter Ribonetto. En principio, para ocupar el puesto de volante central los candidatos son Jesús Méndez y Diego Calgaro, mientras que Ramiro Farsi y Diego Braghieri aparecen como posibles variantes para ingresar por el defensor. Estas son solo presunciones periodísticas, que en la práctica de fútbol formal de este martes tomarán cuerpo o acabarán por derrumbrase.

El ánimo del grupo se renovó con la victoria ante el Rojo, algo que podía advertirse en el rostro de cada uno de sus integrantes. Distendidos, trabajaron a las órdenes del cuerpo técnico en turno matutino, y partieron luego raudamente a disfrutar de las pocas horas libres del domingo. Saben lo jugadores que la lucha será cruel y mucha, pero no es cuestión de dejar pasar los momentos felices que ayudan a mantener la concentración y el hambre de gloria.