Destinatario: Ignacio (Nacho) Suriani
Domicilio: El cielo (por no conocer otro)
País: La eternidad
Rosario, 23 de Agosto de 2007
Querido Nacho:
Es la primera mañana, o la segunda para decirlo con propiedad, en la que tu voz no nos va a despertar. Tu risa o tus enojos no nos harán vibrar. Y aquellos comentarios seductores de los viernes o cuando llueve y decís “Qué mañana para hacer cucharita". Quién sinó vos para leer un poema de Borges, con esa voz increíble. Quién sinó vos para brindar ayuda a quién la está pasando mal, quién si no... ¡sólo vos! Viejo lobo de mar, tempranero, polémico, y consentido de esta audiencia que te supiste ganar, y jamás te dejará.
Porque estoy segura de que si alguien lee mi carta en voz alta, vos la vas a escuchar. Porque va a arrancarte una sonrisa y una lágrima es mi atrevimiento al escribirla y mandartela.
Esa tarde en la que te crucé en aquella librería del centro, no tomé coraje y te hablé, te lo digo ahora, porque me dio vergüenza. Me dijiste "La estaba mirando porque pensé que la conocía, pero la confundí con otra persona, no la conozco". Yo te respondí: "Pero yo sí a Ud". Me miraste y dijiste: "Esa es la ventaja que Ud. tiene sobre mí".
Sé que si hay un micrófono y unos cuántos oyentes dónde estás ahora los estarás convirtiendo en nuevos adictos a la magia de tu inconfundible voz, ronroneando un poema, un piropo a una dama, peleando ó enojándote pero nunca, nunca pasando desapercibido. Hasta muy pronto.
Nora Pérez Gamez
PD: En la eternidad el tiempo no existe, de este lado tu recuerdo tampoco tiene tiempo.


