Según informes de consultoras privadas que analizaron la situación de los alumnos secundarios, este año se incrementó en un 40 por ciento la cantidad de jóvenes que se llevaron materias a marzo y la mayoría de los estudiantes en esa situación deben rendir no una o dos, sino cuatro, cinco y hasta siete materias.
Matemática e inglés son las que más alumnos convocan por estos días en las mesas de examen. Sin embargo, según comentaron los docentes consultados por el matutino, también ha habido un aumento de clases particulares de física, química, lengua, historia y geografía, en este turno.
“Los alumnos que tienen que rendir ahora están bajo una normativa que se vincula a la vieja ley federal de educación. El año pasado realizamos una consulta en todas las instituciones secundarias respecto de una normativa unificada para el nivel medio. De ese proceso surgió un nuevo régimen de evaluación, calificación, promoción y convivencia que le vamos a dar a las escuelas la semana que viene. Vamos a trabajar este concepto de qué significa calificar al otro. Sabemos que el número de alumnos que se lleva materias es cada vez mayor. Eso habla de una manera de estar en la escuela que no es atractiva para el alumno y también genera malestar entre los docentes. Entonces se necesita un proceso de transformación más amplio que nosotros ya empezamos y que vamos a seguir con mucha fuerza este año, no sólo en la cuestión normativa sino también en la dinámica de trabajo dentro de las instituciones”, destacó Leticia Mengarelli, directora provincial de nivel secundario.
Los profesionales consultados indicaron que este año hubo muchos chicos que optaron por tomar clases de apoyo para rendir materias y que, según comentan los mismos alumnos, muchos compañeros del mismo curso también deben rendir. Además destacaron que la mayoría de los chicos que debe rendir ahora adeuda cuatro, cinco y hasta siete asignaturas, con lo que tiene muchas posibilidades de convertirse en un alumno repitente.
Desde el Ministerio de Educación reconocieron que existe una preocupación por la gran cantidad de jóvenes en esa situación y manifestaron que la semana que viene se conocerán precisiones sobre el trabajo a encarar para paliar el fenómeno.
“La verdad es que este año tuvimos muchos chicos inscriptos, aunque siempre manejamos una buena cantidad”, explicó la directora de una academia que se especializa en preparar alumnos de nivel secundario para rendir.
Y agregó: “Hemos notado que muchos de los adolescentes tienen que presentarse en cinco, seis y siete materias y son muy pocos los que rinden sólo dos o tres”.
En ese sentido, reconoció que la gran mayoría de los chicos llega a su establecimiento a prepararse en matemática, idioma (inglés), lengua, física e historia y geografía. “Esas dos últimas me sorprendieron sobre manera este año porque antes no se la llevaban tanto”, comentó.
Sobre las posibles razones por las cuales los chicos no adquieren los conocimientos requeridos por la institución educativa varían. “Falta lectura, falta interés en el estudio y en la mayoría de los casos se ve un gran desinterés para con la escuela”, explicó Claudia. Y agregó: “No saben interpretar una consigna y tienen una gran pobreza de vocabulario. Creo que se ha debilitado la importancia que tenía la escuela en cuanto al esfuerzo y dedicación”.
En ese sentido comentó también que “hay chicos que llegan a marzo en cero y te das cuenta que en el año no trabajaron nada. Otros sólo cometen errores de dispersión, sobre todo en matemática y física. En el caso de historia y geografía hay graves deficiencias en el lenguaje escrito y oral. Ésa es una falencia que se arrastra en todos los niveles”.
Aunque reconoció que la mayoría de los chicos se llevan una gran cantidad de materias “por vagancia”.
Otra profesional que se dedica a preparar alumnos sostuvo: “Alcanzan a interpretar pero hay que explicarles muchísimo. En matemática, por ejemplo, no tienen la capacidad para encontrar cuál es la incógnita en un problema. Les cuesta concentrarse, se distraen por cualquier cosa y no agarran los libros. Es una cuestión de hábitos, es el estilo de vida, de querer todo masticado”.
Al momento de referirse a la actitud que tienen los padres frente a un chico que se lleva muchas materias, los educadores coincidieron en que depende de cada caso. “Hay muchos que los anotan la primera semana de enero y los tienen todo el verano estudiando”, dijo Claudia. Y siguió: “La mayoría se prepara durante un mes más o menos. Gran parte de los padres limita su aporte a pagar el curso pero hay otros que llaman constantemente para ver cómo va el chico. En el caso que el alumno no responda nosotros se lo comunicamos a los padres”.
Fuente: Diario Uno – Santa Fe


