Al presidente Néstor Kirchner no le alcanzó con el fuerte (y breve) acto político que armó en Rosario este miércoles a la mañana y, a la noche, volvió a cruzar a quienes lo critican por su política de defensa de los derechos humanos. "Yo no sé por qué molesta tanto que en este país se hable de este tema", lanzó desde la Casa de Gobierno en Buenos Aires, donde se realizó un homenaje al obispo Enrique Angelleli, muerto en un supuesto accidente hace 30 años.

El presidente señaló que ese tipo de derechos "son universales" y rechazó que puedan "dividir a la ciudadanía”. Además, anunció un duelo nacional para el 4 de agosto, en homenaje al día en que falleció Angelelli en lo que se cree fue un asesinato planificado por la última dictadura militar. “Es muy importante conocer a quién fue pastor de su pueblo”, dijo Kirchner.

En cuanto al homenaje al obispo, y a la reivindación histórica, aseguró: "Llegamos, pero muy tarde. Me refiero al Estado argentino. No digo llegaron, digo llegamos me incluyo".

"Se equivocan quienes creen que me descalifican colocándome definiciones de todo tipo, porque yo no renuncio a la historia, a mi generación, a mis aciertos y a mis errores", agregó el presidente al hablar en el acto por el obispo de La Rioja.

Por otro lado, Kirchner cuestionó que los juicios contra los respresores de Estado "sean tan lentos, que se demore tanto y se de tanta vuelta para que definitivamente pueda alumbrar la justicia en la Argentina".

Estuvieron presentes en el acto los ministros Jorge Taiana, Nilda Garré, Felisa Miceli, Aníbal Fernández, Alberto Iribarne, Juan Carlos Nadalich y los gobernadores de Buenos Aires, Felipe Solá, y de La Rioja, Angel Mazza.

El Senado se sumó al homenaje

El Senado de la Nación realizó también un emotivo homenaje al desaparecido obispo Angelelli que fue encabezado por las representantes de La Rioja en la Cámara alta, las justicialistas del Frente para la Victoria, Ada Maza y Teresa Quintela.

“Treinta años después de su asesinato, la figura de Angelelli alcanza la verdadera condición de mártir. Mi pueblo desde un primer momento lo consideró un santo”, resaltó Maza. La legisladora agregó que “Angelelli era un cura sencillo; pero esa mansedumbre no la debemos confundir con cobardía”.

A su turno, Quintela recordó que “aunque su muerte estaba anunciada, continuó al lado de sus peregrinos, al lado de los pobres y de los que sufren”.

Monseñor Angelelli falleció el 4 de agosto de 1976 en un sospechoso accidente automovilístico sobre la ruta que une a la ciudad de Chamical con la ciudad de La Rioja.