Unos 80 testigos ya declararon en la causa por el homicidio de Nora Dalmasso, cometido hace 22 días en el barrio Villa Golf, y los pesquisas continúan con la búsqueda de alguien que pueda aportar detalles sobre movimientos sospechosos en la escena del crimen y sus alrededores.

Los fiscales que investigan el crimen, Javier Di Santo y Fernando Moine –en menor medida Marcelo Hidalgo, quien se incorporó a la pesquisa hace tres días– siguen tomando testimoniales en busca de pistas firmes.

Según una fuente de la pesquisa, ya declararon aproximadamente 80 testigos, entre ellos parientes, amigos, allegados y vecinos de la familia de Dalmasso, los policías que trabajaron en la escena del crimen y otras personas reconocidas de Río Cuarto.

El último en declarar fue el ex secretario de Seguridad de Córdoba, Alberto Bertea, quien estuvo la medianoche del viernes pasado ante los fiscales del caso.

Este testigo renunció a su cargo el miércoles pasado para evitar las presuntas sospechas que indicaban que desde su función podría entorpecer la investigación.

Bertea estuvo la noche del crimen comiendo un asado con un grupo de reconocidos hombres de Río Cuarto, entre ellos estaban Rafael Magnasco, imputado en la causa por sospechas leves, uno de los directivos del Tribunal de Faltas de la Policía, Nicolás Curchod, el ex concejal y ex funcionario municipal, Ramiro Ferreyra, y el abogado Víctor Daniele.

Magnasco había sido el primero en declarar mientras que Curchod, Ferreyra, Daniele y los otros hombres que estuvieron en la reunión prestaron su testimonio ante los fiscales en el transcurso de la semana pasada.

Del círculo más cercano a la víctima ya declararon el viudo Marcelo Macarrón, su amigo y abogado Daniel Lacasse, el padre y el hermano de Nora, amigas, y la empleada doméstica de la casa de Dalmasso.

"Todos los testigos han realizado aportes a la causa y sus dichos fueron volcados al expediente", explicó Di Santo ante cada consulta sobre el contenido de todas las testimoniales.

La fuente consultada explicó que hasta el momento no hay un testigo directo del hecho por lo que la policía realiza un intenso trabajo de campo en busca de personas que pudieron haber visto a algún hombre, vehículo o movimiento sospechoso en la escena del crimen y sus alrededores.

Consultado sobre las dificultades que tienen los pesquisas, el jefe de Homicidios de la policía cordobesa, comisario inspector Rafael Sosa, respondió: "Hay algunos problemas con respecto a gente que tiene temor a ser expuestos a la presa porque se hablaron muchas cosas inciertas" y se ha "dañado, en parte, algunas relaciones con vecinos".

En tanto, los fiscales del caso aún aguardan los resultados de los pruebas bioquímicas para determinar si el asesino utilizó o no alguna droga para dominar a la víctima antes de estrangularla.

Además, esperan los resultados del análisis de los cruces de llamados telefónicos realizados por la policía en la ciudad de Córdoba a través de un sistema informático.

El informante consultado explicó que desde que ocurrió el crimen, los dos teléfonos celulares que el asesino se llevó de la casa de la víctima "no se volvieron a activar".

Por otro lado, entre lunes y martes, el viudo Macarrón, a través del abogado Lacasse, se constituirá como parte querellante en la causa, por lo que podrá acceder al expediente y solicitar la realización de distintas medidas.

Los investigadores manejan tres principales hipótesis: el crimen pasional a cargo de un presunto amante despechado, la violación y el crimen por encargo.

El fiscal Hidalgo dijo que, entre las varias posibilidades que analizan, piensan "en un ataque sexual violento contra el consentimiento de la víctima" o que "en el transcurso del mismo pudo haber ocurrido esa falta de consentimiento".

En ese sentido, Di Santo aseguró que sigue sin descartarse ninguna hipótesis aunque aclaró que "alguna puede ser más fuerte que la otra" y que trabaja "en todas".

La madre de la víctima, Nené Grasi, dijo ayer que a su hija "la han mandado a matar" por "venganza" y que fue un crimen "muy bien premeditado y calculado".

Dalmasso fue hallada asesinada la tarde del domingo 26 de noviembre pasado desnuda en el dormitorio de su hija, en su casona del barrio Villa Golf ubicada en la calle 5 número 627, en Río Cuarto, a 230 kilómetros al sur de la capital provincial.

La mujer estaba sola en el domicilio familiar al momento del crimen y, según el resultado de la autopsia, el asesino le dejó marcas de sus dedos en el cuello ya que la asfixió por compresión manual además de haberla estrangulado con el lazo de su bata.