Los catalanes aprobaron este domingo por una amplia mayoría, el 74 por ciento de los votos, un nuevo Estatuto de Autonomía que otorga a esta comunidad del norte de España una mayor capacidad de autogobierno respecto al gobierno central español. El "sí" se impuso con el 73,9 por ciento de los votos frente al "no", que fue apoyado por el 20,76 por ciento de los ciudadanos que acudieron a las urnas, un 49,42 por ciento del electorado, según los resultados oficiales escrutado el 99,91 por ciento de los votos. "La España autonómica avanza, y lo hace para acercar el poder a los ciudadanos", afirmó el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, en un breve mensaje televisado de felicitación al pueblo de Cataluña y al resto de España. Zapatero destacó que "tres de cada cuatro catalanes que acudieron a las urnas apoyaron con su voto la reforma Estatutaria", y señaló que la participación fue prácticamente el 50 por ciento, la media habitual en los referendos autonómicos. Sin embargo, para el líder del opositor Partido Popular (PP) de derecha, Mariano Rajoy, el resultado fue otro: "Dos de cada tres catalanes no apoyaron el Estatuto", cálculo que suma a los partidarios del no y los abstencionistas. Rajoy afirmó que las reformas de las "Constituciones o de las normas de convivencia", no se pueden hacer "sin consenso", por lo que exigió a Zapatero un "mínimo de patriotismo" y "de sentido común" para rectificar y paralizar la reforma. El gobernante Partido Socialista Obrero Español (PSOE), los nacionalistas catalanes de Convergencia i Unió, Izquierda Unida (IU) e Iniciativa per Catalunya Verde se volcaron a favor del "sí". Por el "no" se pronunciaron los independentistas de Esquerra Republicana de Catalunya y el conservador Partido Popular. Al contrario del PP, los independentistas catalanes de ERC reconocieron la plena validez del resultado del referéndum, aunque el líder de la formación, Josep Lluis Carod Rovira, acusó tanto a Zapatero como a Rajoy de haber hecho de la campaña una disputa personal en clave española que perjudicó a los catalanes. La reforma de este modelo autonómico ha sido un reclamo constante de algunas comunidades, sobre todo Cataluña, el País Vasco y Galicia, donde en los últimos años las élites políticas instrumentaron el sentimiento nacionalista que se había alimentado de la represión que ejercía la dictadura franquista.