La mega causa por delitos de lesa humanidad cometidos en Rosario durante la última dictadura militar conocida como “Feced” y recaratulada como “Díaz Bessone” desarrolló este martes la última audiencia del año con declaraciones de testigos y víctimas. El juicio oral y público se retomará el próximo 7 de febrero.

La jornada sobresalió por la declaración de Enzo Tossi, militante del Partido Comunista y secretario general del gremio de los mosaístas al momento en que sufrió los dos secuestros en el año 1976, por parte de la patota de Agustín Feced, por entonces interventor de la Policía.

El primero de los secuestros fue el 18 de julio de ese año y Tossi permaneció por diez días en el Servicio de Informaciones (centro clandestino de detención conocido como El Pozo) donde fue  torturado. El hombre relató que al salir en libertad “el abogado del Partido Comunista Lindolfo Bertinat me trajo a este edificio y denuncié todas las torturas”. Al poco tiempo, el 13 de noviembre, fueron a buscarlo nuevamente y lo llevaron al Servicio de Informaciones, previo secuestro de Pedro Galván, comunista, secretario de actas del sindicato mosaístas.

Luego de relatar las torturas padecidas, las condiciones en que permanecían los secuestrados y los miembros del grupo represivo, señaló: “Nunca voy a poder transcribir, hacer llegar a los jueces, la real dimensión de lo que vivimos, ni el mejor narrador, ni la mejor de las abstracciones puede describir esos hechos”.

“Uno pierde la percepción, los sentidos, a tal efecto la razón no cumple su función, es un autómata esperando la muerte. Por eso me gustaría ser un buen narrador para ayudar a los jueces para que en sus abstracciones puedan recomponer este rompecabezas, apelo a ustedes, a su profesión, a su experiencia, a sus conocimientos, a su sabiduría, para poder abstraerse de tal forma y aproximarse medianamente a ese horror, a ese genocidio, que fue altamente planificado. Señores, jueces, espero una tarea ciclópea”, dijo

Tossi continuó: “En medio de este horror, de estas penurias, de estos tormentos donde los torturadores decidían tu vida, todos los compañeros, todas las víctimas con algunas excepciones (dándose vuelta y mirando al único civil que está sentado en el banquillo de los acusados, Ricardo Chomicki), en medio de ese horror, nacieron los gérmenes más sublimes de la solidaridad que dieron parte a la resistencia posterior en las cárceles.”

“Quisiera terminar diciendo que este genocidio altamente planificado fue pergeñado por el imperialismo yanqui e implementado por los militares de este país, y los sectores que le fueron funcionales, como los empresarios, la iglesia, sectores del campo. No sólo barrieron con los revolucionarios y los sueños de estos sino que también vinieron por los vestigios de lo que quedaba, la clase trabajadora aporto el 50 por ciento de las victimas. El saldo fueron más de 30000 desaparecidos, exiliados, robo de bebés, una sideral deuda externa, desaparición de todas las organizaciones populares”, agregó.

Otros testimonios

También declaró este martes Juan Alberto Fernández, secuestrado el 10 de junio de 1977 junto a su esposa Nora del Huerto Díaz. En el Servicio de Informaciones pudo ver al matrimonio Sklate: “me encuentro con una pareja, Jorge Sklate y Teresa Soria. A este chico lo torturaban todas las noches, el encargado de venir a buscarlo era el Cura. Dejó su nombre escrito con lapiz en la pared, yo le daba de comer por la boca porque no podía levantar los brazos. Una vez deciden bañarlo, lo visten y según él, nos grita “me blanquean, me llevan a los tribunales federales”. Jorge está desaparecido.

También relató un episodio que involucra a Chomicki: “buscaban a un muchacho al que llamaban Chicote. El día que lo dejan en libertad al Cadi Chomicki, escucho una llamada telefónica, a los gritos uno de ellos dice “el cadi habló desde Río de Janeiro entre Córdoba y Rioja, vio entrar al Chicote”. Tomaron las armas, amartillaron y salieron. A los pocos días escucho la radio, que hubo un operativo militar en la zona de Río de Janeiro y Córdoba, el Chicote está desaparecido.”

Luego declaró Esteban Raúl Borgonovo, quien además de haber sido víctima del terrorismo de estado, fue autor del Informe que emitió en el año 97 siendo miembro del Gobierno Provincial, sobre la Causa Feced y la actuación de la policía de la provincia en la última dictadura civico militar. Borgonovo fue secuestrado en octubre de 1977 y llevado al Servicio de Informaciones.

Relató que en medio de una de las sesiones de tortura, Rubén Lofiego (otro de los represores imputados) le dice “levantate la venda, yo soy lofiego, el que metí en cana a todos tus compañeros“, y haciendo referencia a Raúl Bustos, le dijo: “querés ver cómo quedó, acá tengo las fotos…”

También describió a los demás miembros de la patota: el Cura Marcote, el Pelado o Sargento Vergara, Darío, Carlitos, el Lagarto.

Declaró también Laura Judith Hanono, quien al momento de su secuestro tenía 16 años y era militante de la UES (Unión de Estudiantes Secundarios). Ante una pregunta del fiscal de la causa Dr. Gonzalo Stara, relacionada con su profesión de psicóloga y la apreciación que como tal tiene de lo vivido en ese lugar, respondió: “Permanecimos en condiciones de piltrafa humana, me hace acordar al texto de Primo Levi, esto reproduce los campos de concentración. Aparte de la tortura sistematizada había la idea de que la tortura era un método, repudio eso.”