Central jugó de mayor a menor y eso se reflejó en el pobre empate 1-1 ante Atlético Tucumán en la tarde noche del Gigante de Arroyito, en la que el canalla se despidió de su gente por este año.

El gol del local llegó cuando apenas se jugaban 7 minutos gracias a un córner que ejecutó Gervasio Núñez y que Guillermo Burdisso pudo cabecear a la red a pesar de la marca de dos defensores visitantes.

Parecía que Central podría aprovechar esa diferencia, pero el equipo de Ariel Cuffaro Russo desperdició varias chances en ofensiva. El pibe De León, que jugó del arranque en lugar de Emilio Zelaya, estuvo muy activo pero falló en el área tucumana.

El canalla también tuvo la pegada de Jesús Méndez, quien estrelló un tiro libre en el ángulo a los 29 minutos. Pero lo cierto es que el 2-0 no fue posible y el 1-1 se convirtió en amenaza creciente.

Además, a los 33 minutos de esa etapa Jorge Broun debió dejar la cancha por una lesión (que se provocó al despejar largo con su pierna derecha). Y diez minutos más tarde casi llega la igualdad de Atlético, con un remate cruzado que Longo no pudo conectar y se perdió en la línea final.

Hasta ese momento la victoria parcial de Central era justa, pero no le sobraba nada. Y en el complemento el canalla se terminó de desdibujar.

A los 22 minutos se registró un cambio que cambió la cara a los de Arroyito. De León, de lo mejor que mostró local, dejó el campo de juego sin resto físico e ingresó en su lugar un Astudillo que pareció no tener la misma energía que el juvenil que dejó la cancha.

Entonces Central perdió vitalidad en ofensiva. Lo demostró en dos contragolpes sucesivos. A los 28 Jonatan Gómez hizo la personal cuando no debía y la perdió; y a los 29 Jesús Méndez condujo peor aún la pelota, con igual resultado.

Y tanto se quedó el equipo de Cuffaro Russo que a los 32 el paraguayo Escobar se animó a probar al arco desde lejos con un derechazo esquinado que sorprendió a Galíndez. La desazón ganaba al Gigante por un partido que tenía todo para ser ganado y empezaba a escurrirse de las manos.

En los 15 minutos de juego que siguieron Central no tuvo sorpresa, ni siquiera un poco de magia, o un milagro descolgado (el milagro fue en realidad haber al menos empatado porque Pereyra perdió un cabezazo sólo a los 46 minutos).

Nada de nada del canalla sobre el final, en un encuentro que fue muy chato. El punto sirve de poco (en realidad es útil para sumar 27 unidades en la tabla, pero todos esperaban hacerlo de a tres) y configuró una despedida gris del Gigante. Sin embargo, aún le quedan dos fechas a este Apertura, tiempo necesario para que los pibes vuelvan a mostrar el buen nivel que lograron este torneo y logren el objetivo de los 30 puntos que se trazó su técnico.

Lo peor de la noche fue la lesión de Jorge Broun, quien padeció la rotura de ligamentos cruzados de su rodilla derecha. En un primer momento se pensó que se trataba de un esguince, pero tras los exámenes médicos se conoció la gravedad de la lesión. De esta forma, el golero canalla estará entre seis y ocho meses inactivo, pudiendo regresar a mediados del año próximo.