Era la última chance de varias, y Rosario Central tampoco pudo aprovechar este domingo en San Juan para volver a primera división. El partido revancha de la promoción ante San Martín terminó igual que el primero en el Gigante, 0-0, y la ventaja deportiva dejó las cosas como estaban: el conjunto de Facundo Sava en la máxima categoría y el de Juan Antonio Pizzi en la B Nacional.

Los miles de hinchas canallas que fueron hasta el estadio Hilario Sánchez sufrieron como nadie las posibilidades de gol desperdiciadas por su equipo, sobre todo en el segundo tiempo. No fueron tantas como en Arroyito, es cierto, pero si al menos una hubiese entrado, todo sería alegría.

Es que no había lugar para medias tintas. Era a todo o nada, así es la promoción, sistema que ya no se implementará el año próximo. La Academia necesitaba ganar o ganar, y no pudo.

La mitad inicial fue floja en líneas generales. Se jugó mal, con mucho nervio y pocas emociones más allá de algunos embates.

El local comenzó más enchufado, con Cristian Álvarez como lanzador y creando peligro en el cielo del área centralista, aunque Manuel García se mostraba seguro y transmitía tranquilidad a sus compañeros.

Al conjunto auriazul le costó mucho generar juego cuando tuvo la pelota y recién a los 31 minutos tuvo la primera –y la única– en los pies de Gonzalo Castillejos, que tras un centro de Antonio Medina conectó a dos metros del arco pero lo tapó el arquero Luis Ardente.

Y en el complemento, el uno del elenco sanjuanino fue figura y le bajó la persiana a la ilusión de Central. Atento siempre para cortar por aire y por tierra, para achicar en las salidas o para descolgar algún cabezazo que se le colaba por arriba, terminó siendo clave.

La expulsión de Andrés Alderete –segunda amarilla a los 15 minutos– no achicó al Canalla, que fue con más voluntad que fútbol, en una postal que trajo a la cabeza la del encuentro de ida.

San Martín tuvo algunos contragolpes para liquidarlo, pero el Melli García salvaba una tras otra, demostrando una solvencia que los delanteros no tuvieron.

Y así se diluyó el sueño canalla, aquél que parecía casi cumplido un mes atrás pero que ahora chocó contra la dura realidad de tener que encarar otro año en la segunda división del fútbol argentino.