Mereció más Rosario Central, es cierto. Pero la suerte le sigue siendo esquiva, como en el último tramo del torneo de la B Nacional, y este jueves no logró sacar la tan necesaria ventaja en el partido de ida de la promoción, jugado en el Gigante. Fue 0-0 ante San Martín y ahora el destino canalla se terminará de forjar el domingo en San Juan, con la obligación de ganar.
Con cinco cambios, el equipo de Juan Antonio Pizzi salió a la cancha decidido a dominar el partido y de a poco lo fue consiguiendo. Se apoderó de la pelota y llegó con algunos centros peligrosos, aunque Javier Toledo jugaba más abierto –del lado opuesto a Federico Carrizo– y era Gonzalo Castillejos el destinatario por el medio.
Pero los de Facundo Sava no demoraron mucho en acomodarse y responder, volviendo al partido bastante entretenido. Lo hicieron también por vía aérea y con remates desde afuera que tuvieron a los revolcones a Manuel García, titular a pesar de las dudas de la semana.
Auque la más clara fue para la Academia en el descuento de la primera etapa, cuando Castillejos quedó mano a mano y lo tapó el arquero Luis Ardente. Y en el rebote, Jesús Méndez, solo, la tiró por arriba.
En el segundo tiempo, con Toledo más cerca del arco rival, el Canalla atropelló y el de Marcos Juárez tuvo varias. Pero no era su noche ni la de su equipo, que no lograba capitalizar los frutos de algunas jugadas bien hilvanadas, sobre todo por derecha. Ardente, seguro sobre todo por aire, también colaboró para eso, a pesar que venía de un desgarro.
Promediando la etapa, el encuentro se planchó. Si bien el local mantuvo la actitud, su juego no iba más allá de eso y se le dificultaba quebrar a un batallador Santo sanjuanino, que veía como negocio el empate para definir la permanencia en casa. El arrebato auriazul del final tampoco alcanzó.
Así las cosas, la Academia rosarina se jugará su última ficha en Cuyo. “El domingo, cueste lo que cueste... el domingo tenemos que ganar...” fue el enérgico cántico con el que la gente despidió al equipo en el Gigante, donde el 0-0 dejó sabor a poco. Es que sólo un triunfo fuera de casa devolverá a Central su lugar en la plana máxima, ya que San Martín tiene ventaja deportiva por ser hoy el de primera.
Con cinco cambios, el equipo de Juan Antonio Pizzi salió a la cancha decidido a dominar el partido y de a poco lo fue consiguiendo. Se apoderó de la pelota y llegó con algunos centros peligrosos, aunque Javier Toledo jugaba más abierto –del lado opuesto a Federico Carrizo– y era Gonzalo Castillejos el destinatario por el medio.
Pero los de Facundo Sava no demoraron mucho en acomodarse y responder, volviendo al partido bastante entretenido. Lo hicieron también por vía aérea y con remates desde afuera que tuvieron a los revolcones a Manuel García, titular a pesar de las dudas de la semana.
Auque la más clara fue para la Academia en el descuento de la primera etapa, cuando Castillejos quedó mano a mano y lo tapó el arquero Luis Ardente. Y en el rebote, Jesús Méndez, solo, la tiró por arriba.
En el segundo tiempo, con Toledo más cerca del arco rival, el Canalla atropelló y el de Marcos Juárez tuvo varias. Pero no era su noche ni la de su equipo, que no lograba capitalizar los frutos de algunas jugadas bien hilvanadas, sobre todo por derecha. Ardente, seguro sobre todo por aire, también colaboró para eso, a pesar que venía de un desgarro.
Promediando la etapa, el encuentro se planchó. Si bien el local mantuvo la actitud, su juego no iba más allá de eso y se le dificultaba quebrar a un batallador Santo sanjuanino, que veía como negocio el empate para definir la permanencia en casa. El arrebato auriazul del final tampoco alcanzó.
Así las cosas, la Academia rosarina se jugará su última ficha en Cuyo. “El domingo, cueste lo que cueste... el domingo tenemos que ganar...” fue el enérgico cántico con el que la gente despidió al equipo en el Gigante, donde el 0-0 dejó sabor a poco. Es que sólo un triunfo fuera de casa devolverá a Central su lugar en la plana máxima, ya que San Martín tiene ventaja deportiva por ser hoy el de primera.
