Unas 200 personas, muchas de ellas alemanes, fueron detenidas en Copenhague durante los graves disturbios y enfrentamientos con la policía de jóvenes radicales que protestaban contra el cierre y desalojo de un centro juvenil alternativo.
La policía de Copenhague, que recibió refuerzos desde toda Dinamarca, no pudo cuantificar las cifras de extranjeros detenidos durante los disturbios, en los que se registró un solo herido, un manifestante que resultó alcanzado por un adoquín.
Lo que comenzó por la tarde con una manifestación pacífica, aunque no autorizada, de unas 1.000 personas, degeneró entrada la noche en violencia, cuando pequeños grupos de radicales de los llamados autónomos atacaron a la policía con cócteles molotov, adoquines y botellas en el barrio de Nörrebro.
Los agentes del orden hicieron uso de gases lacrimógenos y porras para disolver a los manifestantes, que levantaron barricadas a las que prendieron fuego, así como a varios vehículos que se encontraban estacionados en la calle.
En las cercanías del llamado Estado Libre de Cristiania, el complejo urbano en el centro de Copenhague fundado por el movimiento hippie en 1971 y que alberga una gran comuna anarquista, los manifestantes asaltaron un colegio y destrozaron su interior.
Los disturbios duraron varias horas, aunque a partir de la medianoche empezaron a remitir y entrada la madrugada se tranquilizó el ambiente y cesaron los enfrentamientos entre los agentes del orden y los jóvenes radicales.
La noche anterior la policía comunicó la detención provisional de otras 217 personas en la capital danesa por participar en disturbios similares.
Las protestas en Copenhague se vieron acompañadas por manifestaciones de adhesión de jóvenes radicales en otras ciudades europeas, principalmente en Alemania.
En Berlín, el complejo arquitectónico que alberga las embajadas de Escandinavia, entre ellas la de Dinamarca, fue anoche protegido por un amplio dispositivo policial, que hoy se mantiene reducido, aunque vigilante.
El club juvenil Ungdomshuset de Copenhague se encontraba ocupado ilegalmente desde 1981 y el pasado año fue vendido por el Ayuntamiento de la capital danesa a una iglesia independiente.
Tras su desalojo por fuerzas antidisturbios en la noche del jueves al viernes pasados, los ocupas daneses reclamaron la ayuda solidaria de otros jóvenes radicales de países vecinos, muchos de los cuales se sumaron anoche a la batalla campal.
Fuente: EFE