Nueva Chicago y Gimnasia y Esgrima La Plata, con urgencias a distinta escala pero falta de efectividad a la hora de definir los partidos, igualaron 2-2 en Mataderos, repartiéndose un punto que a esta altura no le sirve a ninguno.

Los platenses se pusieron dos veces en ventaja durante el primer tiempo por intermedio del uruguayo Santiago Silva (la segunda conquista por un inexistente tiro penal sancionado por Sergio Pezzotta) y otras tantas emparejó el marcador el local por obra y gracia de Omar Zarif y Federico Higuaín, uno en cada tiempo.
 
Nueva Chicago salió dispuesto a quedarse con los tres puntos desde el arranque del juego y acrecentó su búsqueda del gol a partir de los 13 minutos, cuando los visitantes se pusieron en ventaja por el primer tanto anotado por el calvo Silva.

Los resultados se le dieron rápidamente, porque cinco minutos más tarde llegó el empate de Zarif y entonces los dirigidos por Rodolfo Motta pudieron recomponer sus líneas y volver a atacar más ordenadamente.

Pero esto le duró muy poco al verdinegro, ya que a los 23 minutos nuevamente los de Padro Troglio fueron adelante en el marcador con el mencionado penal de Silva.
 
Esto desequilibró nuevamente a los anfitriones, que se lanzaron en busca de la paridad dejando nuevamente espacios en el fondo de su defensa que le abrían a los visitantes amplias chances de estirar ventajas.

Así se consumió la primera etapa y con las mismas características arrancó la segunda, pero cuando apenas transcurridos 180 segundos el ´Torito´ volvió a empatar, y su juego volvió a establizarse.
 
Y de allí en más, como no hubo más conquistas gimnasistas, Nueva Chicago elaboró la teoría de que "si no se puede ganar, al menos hay que empatar", y ´clavó´ el partido en la mitad de la cancha con una chatura manifiesta en el juego que se emparentó con
la de su rival.
 
Así, que el marcador no se moviera y el conformismo de los de adentro se tradujera en el descontento de los de afuera fue todo uno. Así, el empate terminó siendo un castigo para ambos, aunque los protagonistas no hayan querido admitirlo.

Fuente: Télam