Cuando llega el verano, los más gasoleros se calzan la mochila y se lanzan a la aventura de lo inesperado en las rutas. Pero no todo es azar a la hora de alzar el pulgar y aguardar que un alma solidaria los lleve a destino: una página especializada en esta clase de viajes asegura que todo depende de una táctica que conjuga “una gran parte de psicología, lógica, y de saber cómo se mueve el transporte en la zona por dónde andamos”.

“No hay sitio al que no se pueda llegar o del que no se pueda salir a dedo, por más inaccesible que este parezca (tal vez con excepción de las bases antárticas). Sabiendo esto, sabemos que lo peor que puede depararnos cualquier punto del mapa es una demora”, aventura un informe del sitio www.autostopargentina.com.ar, que ofrece consejos para hacer dedo “y no terminar fundando un pueblo en la banquina”.

La original propuesta detalla una serie de medidas a tomar para mejorar el viaje y da recomendaciones claves para quienes se inician en la materia tanto en el país, como en Europa y otros atractivos destinos.

"Si viajamos sin apuro, condición especial para que un viaje a dedo sea una experiencia placentera, incluso las largas esperas (y sobretodo estas) son recordadas como anécdotas", aseguran ya desde el arranque. De modo que los impacientes deberán elegir otra forma de viajar. Aunque desde el sitio web reconocen que muchas veces al final todo depende de "un golpe de suerte", señalan que "hay innumerables ajustes que podemos hacer para reducir nuestro tiempo de espera en una banquina".

“A veces tendemos a elegir el camino más corto sin reparar en las rutas que estamos seleccionando y los pueblos por los que pensamos pasar (y de los que tendremos que salir). Pero el camino más corto implica a veces atravesar grandes ciudades”, dice el portal, que recomienda esquivar las grandes urbes.

“Ciudades capitales como Buenos Aires deben ser esquivadas a toda costa salvo que queramos quedarnos allí. Además, usualmente los caminos alternativos a las grandes ciudades suelen ser de mayor valor paisajístico”, apuntan los expertos, aunque mencionan el peligro de caer en poblado muy pequeños. “En resumen, hay que ir evitando los extremos de caer en parajes despoblados o rutas que los conductores no toman por estar en mal estado y tener que atravesar metrópolis en las que tendremos que caminar 10 kilómetros para llegar a la otra punta”, sostienen.

En el informe también se compara en detalle los pros y contras de las rutas europeas y las sudamericanas. Para viajar de noche, por ejemplo, “algunos clubes de mochileros europeos tienen sus propios trajes de viaje, de color amarillo fosforescente que los hace visibles”, dice. Luego aclara que en Argentina, por ejemplo, cualquier viajero que se ponga un traje así “sería confundido con basureros”.

En el sitio web hay muchos más consejos que los viajeros sabrán aprovechar. Como muestra, un botón: se señala que los autos se detienen con la vista más que con el pulgar. "Cuando recién empezamos parece que es todo lo mismo pero creo que con el tiempo uno se da cuenta que podemos causar un cambio, un efecto concreto con la mirada, con la sonrisa, e incluso gestualmente. Regla número uno: sonreír y mirar a los conductores a través del parabrisas. La parte gestual es importante", advierten.