Comenzó el juicio en Argentina por siliconas truchas francesas. Alrededor de 300 mujeres argentinas demandarán por 54,7 millones de dólares a la empresa francesa PIP, fabricante de prótesis mamarias, por haberles vendido implantes defectuosos, y a la aseguradora Allianz y la verificadora de calidad TUV Rheinland, ambas alemanas, por el mismo motivo. El juicio comenzó a mediados de abril contra cinco directivos de PIP por "engaño agravado y estafa".

“La finalidad de la causa es pedir la reparación integral en términos de indemnización. Pero, por sobre todas las cosas, esta acción es innovadora porque toma el modelo del proceso de ‘acción de clase’ norteamericana: esta demanda habilitaría a todas las portadoras de prótesis PIP a reclamar su indemnización”, explicó a Télam Virginia Luna, “abogada y damnificada” que la lleva adelante.

"El 5 de agosto iniciamos en Argentina –en paralelo con el proceso iniciado en Francia a principios de este año– la causa colectiva contra la empresa PIP, con 300 mujeres a la cabeza del reclamo pero con el objetivo de que todas las afectadas puedan incorporarse y percibir la indemnización por daños y perjuicios", dijo Luna en diálogo con Télam.

La abogada remarcó que se trata de la "primera acción colectiva que se presenta en el país en estos términos", ya que "las 300 mujeres que iniciaron la acción representan a las 15 mil que estimamos son portadoras de las prótesis en Argentina, para que todas puedan beneficiarse".

Luna coordina el grupo Afectadas PIP, que reúne a más de 2500 argentinas, y patrocina sus reclamos a las aseguradoras de los cirujanos que les colocaron esas prótesis, cuyo fabricante burló durante una década los controles sanitarios al utilizar un gel industrial que dañó a más de 400 mil mujeres en todo el mundo.
"Como colectivo de afectadas perseguimos la subsanación integral del daño de todas las perjudicadas; ya no se trata de un reclamo administrativo ni individual", consideró. Luna, quien también recibió un implante PIP, sigue en Marsella (Francia) el megaproceso contra la empresa que los fabricó en representación de cientos de mujeres argentinas damnificadas.