Virginia Giacosa

La polémica que se desató con la decisión de los organizadores de Pasarela Cibeles, en España, de no aceptar modelos cuya masa corporal fuese inferior a 18, por considerar su imagen poco saludable, se trasladó a Argentina –Rosario incluida– donde también se discute la posibilidad de implementar esa medida. Sin embargo, la idea no parece tentar demasiado a quienes desde acá son los eslabones de la cadena de la moda. Para muchos, prohibir que las hiperdelgadas desfilen “no producirá un cambio importante a nivel de los trastornos de la alimentación”.

Aunque la controvertida norma que rigió durante la semana de la moda 2006 en Madrid –basada en los parámetros establecidos por la Organización Mundial de la Salud (OMS)– es un intento por luchar contra la bulimia y la anorexia, en Argentina se descree que sirva para quebrar el estereotipo de la mujer perfecta.

Para María José Gindre, titular de la agencia rosarina de modelos Nativa, “la decisión de los organizadores de Pasarela Cibeles es como buscar una aguja dentro de un pajar”. “Es cierto que hay que empezar por algún lado, pero para revertir todo un esquema cultural sobre el cuerpo y la belleza no basta con modificar lo que se muestra arriba de la pasarela”, señaló Gindre.

Según la Organización Mundial de la Salud los casos de trastornos alimentarios se multiplicaron de tal manera que ya son definidos como una epidemia. De acuerdo a los datos de la OMS el 60 por ciento de la población femenina mundial hace dieta y el 75 por ciento se cree con sobrepeso. Mientras 25 años atrás las modelos tenían un peso sólo un 8 por ciento inferior al de la mujer promedio, actualmente sus tallas son 25 por ciento más pequeñas.

“Probablemente a todas nos haga mejor tener modelos rellenitas y con más formas como esta nueva tendencia que se impone en muchas agencias de tener chicas con curvas de vedettes que se insertan en la tele y las revistas. Pero de todas maneras en nuestro país todavía el culto a la belleza del cuerpo delgado es muy fuerte y será difícil de cambiar de un día para el otro”, explicó Gindre, de Nativa.

El próximo 20 de octubre se realizará en la ciudad Pasarela Rosario un megadesfile en las escalinatas del Monumento Nacional a la Bandera. Aunque no será la Pasarela Cibeles ni se ajustará a sus parámetros promete reunir 30 colecciones locales, nacionales e internacionales con propuestas primavera-verano 2006/2007.

“La industria de la moda genera laburo permanentemente desde las costureras hasta los que suben arriba de la pasarela con la prenda terminada. Y la idea de este evento es mostrar cómo es Rosario, que cada vez se crece más en este mercado”, señaló Oscar Fernández Fini, que será uno de los encargados de conducir parte del evento.

Consultado acerca de la decisión de los organizadores de Pasarela Cibeles de excluir a las modelos a las que no le sobra nada, Fernández Fini indicó que “la medida es bienvenida y por lo tanto es una buena noticia”. “Por años vimos modelos flacas, mientras que cuando uno se baja del desfile se encuentra con mujeres que distan mucho de esas medidas de pasarela”, reflexionó.

Sin embargo, a la hora de elegir el cuerpo ideal fue categórico y dejó de lado aquello de acercarse a la belleza cotidiana y más bien real. “Tiene que medir más de 1,70, tener hombros perfectos, tener buen busto, caderas para que la ropa se luzca, altura y de las rodillas para abajo, las piernas deben ser perfectas”, enumeró Fini.

La belleza que está más cerca

En busca de una belleza real es el eslogan que repite desde 2004 la campaña de la marca Dove en la que se ven publicidades con mujeres que una podría encontrar en la calle, en el trabajo o en la imagen que devuelve el espejo. De diversas formas, de todas las medidas, con diferentes pesos son las mujeres que promocionan los productos de esta firma.

Una encuesta realizada por Dove acerca de cuál es la verdad de la belleza y hecha sobre una muestra de tres mil mujeres de diez países diferentes demostró que solo el dos por ciento de estas mujeres se describe a si misma como “lindas”, alrededor del cuatro por ciento definen su belleza como “promedio” y casi la mitad piensa que su peso es “excesivo”.

Según la diseñadora de indumentaria y coordinadora académica de diseño de vestuario de la Carrera Superior de Diseño de Rosario, Silvia Querede, medidas como la de la Pasarela Cibeles, la ley de talles o las campañas que muestran otros patrones, sirven para instalar otros discursos.

“No creo que ninguna prohibición genere una ruptura en un tema que es de fondo, pero creo que es una manera de alertarnos de que algo está sucediendo. Que esto salga a la luz permite que se escuchen otras voces”, manifestó Querede.

En este sentido, la diseñadora reflexionó acerca del cuerpo y los parámetros de belleza. “No se trata sólo de una cuestión de la indumentaria, hay toda una cultura propensa a encontrar en la foto hiperretocada la realidad, hay una desesperación por alejarse de los cuerpos reales, en realidad la fascinación de la industria de la moda pasa por ahí”, contó. Y añadió: “No se avanza con la prohibición sino con el debate de estas ideas, de hecho hay muchos diseñadores que ya no quieren esa mujer de casi dos metros, irreal. Por suerte trabajan desde otro lugar”.