No sólo turistas vienen a Rosario en estos días en que los porteños están de vacaciones de invierno. Con el aluvión de personas que llegan a visitar la ciudad estrella del modelo kirchnerista, también vienen los ladrones que, hay que decirlo, no discriminan a la hora de hacer su trabajo: les da lo mismo si sus víctimas son rosarinas o, como ellos, foráneas.

Esa explicación –la de la impotación de delincuentes– es la que dio la policía luego de que el personal intentara identificar, acaso porque no les gustó la cara o por alguna actitud sospechosa, a dos hombres en Ovidio Lagos y Pellegrini que, luego se constató, tenían dos revólveres calibre 38 en la cintura y celulares y dinero robado en una agencia de lotería de bulevar Rondeau al 500.

No, no eran de acá –como decía el cartel que se enorgullecía de la condición de rosarinos de Olmedo y otros héroes locles– los muchachos. Uno tiene domicilio en San Fernando y el otro en el Tigre.