El hecho ocurrió en 2003. Diego Hernán Frusin, paramédico empleado de Emerger transportaba en una ambulancia a una paciente con riesgo de vida, por bulevard Avellaneda con dirección sur-norte. Al llegar a la intersección con calle Grondona, Frusin cruzó con semáforo en rojo y atropelló al vehículo Renault 9 conducido por Felipe Settembrini en el que viajaban como acompañantes Carmen Beváqua y Laura Moreyra.

Como consecuencia del impacto, ambas mujeres perdieron la vida y el conductor del auto sufrió lesiones graves. La Justicia de primera instancia resolvió en marzo de este año que el chofer de la ambulancia era autor penalmente responsable de los delitos de homicidio culposo (dos hechos) y lesiones culposas, en concurso ideal.

Ahora la Sala Primera de la Cámara de Apelación en lo Penal confirmó la sentencia de primera instancia por considerar que Frusin conducía a una velocidad excesiva para la zona urbana y que si bien el objetivo de un paramédico es transportar al enfermo con rapidez cuando existe riesgo de vida, eso no lo habilita a transgredir con desaprensión las normas de tránsito.

La Justicia confirmó la pena de tres años de prisión, de ejecución condicional y las costas para el paramédico, además de la inhabilitación especial para conducir todo tipo de automotores por el término de siete años y la fijación de residencia por el término de dos años.