Finalmente, aceptó la candidatura de Juan Pablo Cafiero para ser embajador en representación de la Argentina en la Santa Sede.

El nombre del frepasista figuraba en la lista de posibles candidatos, desde que asumió la mandataria Cristina Kirchner, quien en un primer momento propuso a el ex ministro de Justicia, Alberto Iribarne.

Alberto Iribarne había renunciado a la propuesta para representar al país ante la Santa Sede, que lo resistía por su condición de divorciado.