La periodista rusa Anna Politkóvskaya, asesinada el sábado en su domicilio en Moscú, preparaba un artículo sobre las torturas sistemáticas en Chechenia, informó el bisemanario "Nóvaya Gazeta" donde trabajaba desde 1999.

"Por ahora aún no tenemos las notas en nuestras manos, pero sabemos que hay testimonios y fotografías", aseguró Vitali Yaroshevski, redactor jefe adjunto de "Nóvaya Gazeta", citado por la agencia RIA-Nóvosti.

El colectivo de periodistas de la publicación adelantó que conducirá una investigación independiente sobre el asesinato de Politkóvskaya, considerada una de las voces más críticas con la política del Kremlin en Chechenia.

"La experiencia de otras investigaciones confirma que nosotros podemos conseguir más información que los órganos de seguridad. Simplemente, que ellos no tienen las fuentes con las que nosotros sí contamos", aseguraron.

Desde que el presidente ruso, Vladímir Putin, llegó al poder a principios del año 2000, doce casos de asesinato de periodistas han quedado sin resolver, según la Unión de Periodistas de Rusia (UPR).

"Nóvaya Gazeta" prepara para mañana, lunes, un número especial con seis páginas dedicadas exclusivamente a Politkóvskaya, autora de desgarradores artículos sobre los horrores de la vida en Chechenia y el Cáucaso.

En su página web, el bisemanario aseguró hoy que "o bien ha sido la venganza de Ramzán Kadírov -primer ministro chechén- sobre quien Politkóvskaya escribía a menudo, o bien de los que quieren que las sospechas caigan sobre él".

El asesinato de la periodista coincidió con el 54 cumpleaños del presidente ruso y tuvo lugar el día después de la onomástica de Kadírov, hombre fuerte de Chechenia y objeto de muchas de sus más aceradas críticas.

Politkóvskaya cargó a menudo las tintas contra Kadírov y su guardia personal, integrada por muchos ex guerrilleros, por actuar con total impunidad contra la indefensa población civil.

"Chechenia es el reino de la barbarie. Uno de cada dos muertos es un civil abatido de manera sumaria", decía en uno de sus libros.

Kadírov, hijo del presidente chechén asesinado por la guerrilla en mayo de 2004, cumplió el viernes 30 años, con lo que ya puede optar al puesto de presidente de la república norcaucásica rusa.

Además, Politkóvskaya también criticaba la política de mano dura de Putin en Chechenia y la participación diaria de los soldados rusos en el secuestro y violación de chechenes con el beneplácito de sus superiores.

"Anna nunca tuvo nada que ver ni con las intrigas políticas ni con intereses financieros. Era imposible acallar su voz o sobornarla. Consideraba su deber buscar la justicia y en eso fue inquebrantable", añade la web de "Nóvaya Gazeta".

El presidente de Chechenia, Alú Aljánov, se manifestó hoy "conmovido" por la muerte de Politkóvskaya, que pasaba varios meses al año en Chechenia y otras repúblicas como Daguestán e Ingushetia.

Aljánov, en el poder desde mediados de 2004, señaló que "Politkóvskaya tenía su propia visión sobre cómo debería conducirse la operación antiterrorista en Chechenia, pero esa era su opinión personal, a la que tiene derecho cada persona en una sociedad libre".

"Al final, todos sus escritos estaban dictados por la intranquilidad por el destino del país, por los derechos de los ciudadanos, de cada individuo", dijo.

El Kremlin, consciente de la contundente reacción internacional al asesinato, encargó al Fiscal General, Yuri Chaika, que se haga cargo personalmente de la investigación.

La Fiscalía baraja por el momento varias versiones, todas vinculadas con el desempeño de su trabajo, una que conduce a la "pista chechena" y otra relacionada con el hecho de que los artículos de Politkóvskaya condujeron a investigaciones judiciales contra militares rusos por abusos cometidos en Chechenia.

Politkóvskaya, que nació en Nueva York en 1958, había confesado en varias ocasiones haber recibido amenazas de muerte de los servicios secretos rusos, el Ejército y otras agencias de seguridad del estado.

El asesinato ha sido condenado por todas las fuerzas políticas rusas y organizaciones internacionales como Reporteros sin Fronteras o la Federación Internacional de Ligas de Derechos Humanos (FIDH).

El secretario general del Consejo de Europa, Terry Davis, demandó hoy una urgente investigación de la muerte de la periodista; llamamiento secundado por el Departamento de Estado norteamericano.

Su portavoz manifestó la esperanza en que este caso no quede sin resolver como el del periodista estadounidense Paul Klebnikov, director de la edición rusa de la revista "Forbes", asesinado en junio de 2004.

Politkóvskaya, que recibió un disparo en el pecho y otro en la cabeza, se suma a la lista de más de 300 periodistas muertos o desaparecidos en Rusia desde 1991.