Con la seriedad del caso pero con la chispa de humor siempre necesaria para amenizar y entusiasmar, este martes se lanzó en Rosario el ciclo Que la violencia sea historia, una serie de debates y dramatizaciones teatrales con el fin de crear conciencia social para erradicar el flagelo de la violencia en el deporte, particularmente en el fútbol.

El programa de charlas, que fue presentado oficialmente encabezado por Eber Ludueña (el personaje de Luis Rubio que encarna a un cómico antihéroe del fútbol) y el ex árbitro Javier Castrilli (subsecretario de Seguridad de la Capital Federal), comenzó este martes a la noche en Venado Tuerto y prevé una visita en Rosario (con lugar a confirmar) para el 7 de noviembre, en Santa Fe el 21 y una cuarta en otro punto de la provincia, cuyo lugar y fecha será establecido de acuerdo a la agenda de sus participantes.

Además, estuvieron presentes Marcelo Araujo (el conocido relator que hará las veces de moderador en el intercambio de ideas entre los dos primeros) Jorge Llonch (secretario de Cultura santafesino) y Carlos Aimar (subsecretario de Deportes provincial), quienes completan el equipo que encarará este espacio de exposición y discusión para intentar echar por tierra la problemática –incluida la discriminación– que rodea al fútbol en la Argentina.

"Por sobre todas las cosas, el compromiso es trabajar en la educación. Con el deporte también se educa y la idea de esta iniciativa es penetrar medularmente en los chicos, los jóvenes y los padres con un mensaje contra la violencia, contra la discriminación", explicó Castrilli durante la disertación ofrecida a la prensa en un hotel céntrico. "Cualquier otra medida son aspirinas para el enfermo, son paliativos", añadió.

El Sheriff, como se lo conoce desde sus tiempos en el referato, expresó que "hay que revertir esa tendencia a considerar el desprecio y la destrucción del que tenemos enfrente, sólo porque piensa y siente distinto el fútbol".

Descomprimiendo la situación, Eber pidió hacer un "descargo" y explicó: "A mí siempre se me conoció como un jugador asociado al juego brusco. Pero lo mío no era mala intención, era torpeza, llegaba siempre tarde al cierre. Tal vez siete u ocho minutos tarde. Pero, obviamente, no compartimos lo que sucede en los otros ámbitos y que tiene que ver con la violencia".

A su turno, Araujo fue muy crítico con las altas esferas de la dirigencia nacional. "Siempre creí que para solucionar el tema de la violencia era necesaria una decisión política. Y me di cuenta que la decisión política está tomada, y es cobijar a los barrabravas", arrojó el periodista.

Un parecer similar, aunque menos duro, fue el que dio Aimar, quien opinó que debe existir "una política de estado en la que se comprometan todos los estamentos para llevarla adelante". El Cai brindó también más detalles sobre este nuevo ciclo: "En principio queríamos hacer las charlas para los chicos, para los colegios, pero después concluimos en que va a asistir gente grande también. Así que van a ser participativas para todos".

Pero como Eber y Castrilli, con intervención de Araujo, van a plantear el problema de la violencia y la discriminación con escenas teatrales, también habló al respecto Jorge Llonch, representando a Cultura de Santa Fe. "Como la cultura también es un canal de expresión y las canchas de fútbol expresan lo que le pasa a la sociedad, quisimos dramatizar el tema con un debate con dos personalidades opuestas. Muchas veces, las causas de violencia vienen por discriminación, el problema es cultural", señaló el funcionario.
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Eber cuenta cómo lo hostigaban las hinchadas rivales.