Diego Armando Maradona cumplió 53 años y Rosario Deportes, de Radio 2, eligió a Guillermo Cóppola, su histórico amigo y representante, para homenajearlo. Y salió una entrevista imperdible, repleta de anécdotas graciosas y subidas de tono, bien al estilo de Guillote, como el propio Diez lo bautizó.

Aquí los mejores relatos de uno de los personajes que más conoce a Diego:

Guillote y Diegote: “Soy como un apéndice de Diego. Y no reniego de eso; pero antes de Diego tuve 200 futbolistas que me hicieron llegar a él”.

Cuando Diego conoció a Guille: “En el 82 Diego vio una actitud mía, que para mí fue regular, pero a él lo impactó. Yo llevé a Juan Barbas al Zaragoza, donde estaba Menotti de técnico. Cuando volví le hice una liquidación a Barbas, le devolví 183,50 pesetas que había gastado en trenes, comidas y demás. Diego se quedó asombrado porque yo le había devuelto hasta la última moneda a Barbitas, y le quedó en la mente para siempre. Creo que ahí me eligió”.

Un recuerdo para César: “Dicho sea de paso, el Flaco estaba con una brasileña increíble, era de ébano. Una amiga, pero era de ébano, una yegua terrible”.

Lo que Maradona le pidió: “Diego me dijo: «Si empezás conmigo, es en exclusividad». Yo tenía 183 jugadores representados, pero tomé una decisión y me quedé con sólo con él”.

Cantitos napolitanos: “En Nápoli a mi me decían «capa bianca» (cabeza blanca). Yo caminaba por un pasillo de veinte metros hasta llegar a mi palco, y en ese trayecto me encontraba con Berlusconi, Sofía Loren, Eros Ramazzotti, Peppino Di Capri, toda la crema. La hinchada, por mi condición de representante de Diego, me dedicaba siete minutos antes de empezar el partido el cantito «cappa bianca, eoo, cappa bianca, eoo, cappa bianca eooooe». Cuando se enteraron que me reuní con el presidente del Milan, me dedicaban el mismo tiempo para cantarme «cappa bianca, figlio di puttana, cappa bianca figlio di puttana»”.

Camarines varios: “Yo nunca me metí en el vestuario, esa es una zona muy íntima de los jugadores. Es como el camarín de una vedette, al que yo entraba cada vez que me abrían la puerta. Para tomarles la presión, ¿viste?”.

La historia de la frase “se le escapó la tortuga”: “Yo vivo en un edificio en medianera con la residencia del embajador de los Estados Unidos. Una madrugada llega Diego como a las 5 de la mañana y me despierta, me dice «vení a ver lo que me pasó». Me cuenta que cuando se bajó de la camioneta sintió que pisó algo extraño, y era la tortuguita de James Cheek, el embajador estadounidense que era hincha de San Lorenzo y que se había caído en mi cochera. Ahí nomás la levantó con la derecha y la estampó contra la pared con la zurda. Por eso ahora dice «se te escapó la tortuga» o «se te escapó la tortuga renga» cuando el descuido es más grande”.

Su relación actual con Maradona: “Yo celebro cuando le va bien y me pongo mal cuando él está mal. Sí me dolió mucho cuando dijo que le había robado, pero fui a la Justicia, me autodenuncié y en la audiencia terminamos dándonos un abrazo. Diego es así; lo quiero mucho, pero hoy no voy a tocarle el timbre”.

El día que jugó en la primera de Boca: “El campeonato se había parado por un partido de la selección y Boca, que era dirigido por Ratín, fue a jugar un amistoso a Bragado con Acerías Bragado. Era el día de mi cumpleaños, el 12 de octubre. Pernía me hizo vestir de jugador porque me dijo que me iban a regalar la foto con el equipo. Pero cuando me voy a desvestir, Ratín me dice que me quede en el banco. Boca iba ganando 4 a 0 y a los 17 minutos del segundo tiempo Ratín me mandó a calentar junto con el Toti Veglio. Cuando me mandan a la cancha, los hinchas gritaban «Ratin, ¿a quién pusiste? ¿al chofer del colectivo o a Cristóbal Colón?». La primera pelota que me dieron me rebotó en la canilla y se fue a la tribuna, no me fui corriendo de pedo. Después me fui soltando y pegué un tiro en el palo, pero a la vuelta a Ratín lo echaron a la mierda”.

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La famosa frase de "la tortuga"