Un equipo internacional de investigadores ha conseguido desarrollar el primer mapa del cerebro enamorado. Gracias a él, ha podido constatarse que existe una relación, a nivel neuronal, entre el deseo sexual y el amor.

En concreto, los científicos han determinado el proceso por el cual el deseo humano llega a transformarse en enamoramiento. Asimismo, el estudio ha demostrado que el amor activa las mismas regiones cerebrales que la adicción a las drogas.

El estudio internacional reciente, cuyos resultados han aparecido publicados en el Journal of Sexual Medicine, ha establecido por vez primera el mapa del cerebro correspondiente a estos sentimientos. Dicho mapa revela que ambos están estrechamente relacionados a nivel neuronal.

Según declaraciones de uno de los autores de la investigación, el psicólogo de la Universidad de Concordia, en Canadá, Jim Pfaus, hasta ahora, “nadie había reunido estos sentimientos para observar los patrones de activación (neuronal) que ponen en marcha los dos”.

Pfaus reconoce que, al inicio de su investigación, “no sabíamos que esperar, porque ambas emociones podrían haber sido completamente independientes (a nivel cerebral)”. Sin embargo, los resultados obtenidos han demostrado que “el amor y el deseo activan áreas específicas del cerebro relacionadas entre sí”.

Según publica la mencionada Universidad en un comunicado, junto a un grupo de colaboradores de Estados Unidos y de Suiza, Pfaus analizó los resultados de 20 estudios independientes en los que se había examinado la actividad cerebral de sujetos implicados en tareas como visionar imágenes eróticas o mirar fotos de sus seres queridos.

Mediante la combinación de todos estos datos, los investigadores fueron capaces de formar un mapa completo de los efectos del amor y del deseo en el cerebro.

Descubrieron así que dos estructuras cerebrales en particular, la ínsula y el cuerpo estriado, son las responsables del proceso que lleva del deseo sexual al amor.

La ínsula es una parte de la corteza cerebral plegada profundamente en el interior de los lóbulos temporal y frontal, y el cuerpo estriado se encuentra en el cerebro anterior.

Según los científicos, el amor y el deseo sexual activan diferentes áreas del cuerpo estriado. La región relacionada con el deseo sexual se “enciende” normalmente cuando percibimos cosas que son inherentemente agradables, como el sexo o la comida.

El área activada por el amor, por su parte, está implicada en un proceso de condicionamiento merced al cual damos un valor inherente a las cosas relacionadas con la recompensa o con el placer.

¿Cómo se relacionan ambas regiones? A medida que el deseo sexual se convierte en amor, pasamos a procesar la información sobre el objeto deseado y amado en un área distinta del cuerpo estriado.

Fuente: Tendencias 21