Gracias a un nuevo test para embriones humanos, las parejas con alto riesgo de enfermedades genéticas tendrán mayor chance de tener hijos sanos a través de tratamientos de fertilización asistida. Los nuevos controles analizan todo el ADN de la célula embrionaria en lugar de enfocarse en mutaciones específicas de algún gen, acelerando la identificación de enfermedades. El anuncio ya despertó la polémica. El anuncio fue realizado por genetistas del Guy's Hospital de Londres, durante una conferencia de prensa en Praga. El test, conocido como "DNA fingerprint", permite asimismo chequear potenciales dolencias genéticas en el niño, informaron los médicos. Los expertos informaron que trabajaron con cinco parejas y controlaron sus embriones, que ahora están libres de enfermedades genéticas tras los exámenes y los tratamientos de fertilización asistida. Sin embargo, grupos provida y religiosos han cuestionado la moralidad de dichos controles de embriones, ya que en el proceso se destruyen otros embriones humanos enfermos. El equipo de médicos logró desarrollar un método llamado de pre implantación genética haplotípica (PGH, en sus siglas en inglés), que esperan ofrecerán a unas 100 parejas al año. Los controles actuales, llamados Diagnosis de pre-implantación genética o PGD, tienen un 50 por ciento de chances de error en el bebé creado en probeta. Sin embargo, en el caso del diagnóstico de PGH se examina el ADN de padres y niños para determinar con exactitud si existe algún tipo de dolencia genética o falla en las unidades de los cromosomas. El especialista Peter Braude, que colaboró en el desarrollo de la nueva técnica, declaró que "ahora podemos saber exactamente cuál es el cromosoma que ha afectado a un miembro de una familia y que determinará la salud de un embrión". Por su parte, Mark Hamilton, presidente de la Sociedad de Fertilización Británica (BFS), declaró que cualquier técnica que tenga el potencial de reducir el peligro de enfermedades serias o letales "debe ser alabada con entusiasmo". Sin embargo, Josephine Quintavalle, del grupo Comentarios sobre Etica Reproductiva (CRE), advirtió que este tipo de diagnóstico "es muy peligroso". "Estoy espantada de pensar que estos médicos tienen la autoridad ética para decidir que embrión vive y cuál debe morir", dijo la experta.