"Creen que el papel del vicepresidente es callar o irse". De esa manera contestó Julio Cobos a los funcionarios nacionales que, en forma insistente, salieron ayer a pedir que de un paso al costado. Por lo pronto, el mendocino dejó en claro que no piensa renunciar.

A través de un comunicado, el vicepresidente sostuvo que "algunos funcionarios" quieren coartar su libertad de "dialogar, pensar y expresarse".

Planteó que debido a su voto "no positivo" cuando se debatieron en el Congreso las retenciones móviles "algunos dirigentes y funcionarios consideran que el único rol del vicepresidente es callar o renunciar; según esta consideración, tampoco puede hablar, aportar, consensuar o proponer".

Cobos sostuvo que, tras expresar su apoyo al campo,  fue "marginado de los actos de gobierno, sin participación en la agenda política, agraviado en forma constante y no fue consultado nunca más".

"Parecería que todos tienen derecho a reunirse y dialogar; ahora cuando es el vicepresidente quien lo hace se transforma en conspirador y desestabilizador", continuó.

Si el diálogo "lo emprende el jefe de Gabinete o el ministro del Interior, es un hecho loable y democrático; mientras que si es el vicepresidente, desestabiliza y conspira contra el gobierno".

Al jefe de la bancada kirchnerista en Diputados, Agustín Rossi, que lo había llamado el "principal articulador de obstáculos" el mendocino le dedicó un párrafo especial: "Debería abocarse a buscar consensos, no votos".