El país asiático se une de esta manera a economías como la de Francia y Alemania -que crecieron un 0,3 por ciento en el segundo trimestre del año con respecto al anterior-, como consecuencia, por un lado, de las medidas públicas de estímulo puestas en marcha por el Gobierno, así como del crecimiento de la demanda externa, que aumentó un 1,6% gracias a la mejora de la demanda china y de otros socios comerciales asiáticos.

El consumo privado, por su parte, que se había convertido en el principal objetivo de los planes de recuperación del Ejecutivo y que representa el 55 por ciento del PIB, creció un 0,8 por ciento respecto al primer trimestre de 2009, según el diario español Elpais.es.

En términos trimestrales -no anuales-, la evolución del PIB entre abril y junio fue del 0,9 por ciento con respecto a los tres meses precedentes.

El Gobierno del Primer Ministro Taro Aso, no obstante, llama a la prudencia. "Hay factores de riesgo, y debemos ser suficientemente conscientes de ellos", advirtió hoy el ministro nipón de Economía, Yoshimasa Hayashi.

El aumento del desempleo, la caída de los precios y el deterioro de la economía mundial -la industria, el sector más potente, depende en gran medida del comercio exterior- mantuvieron las previsiones del Gobierno por debajo del crecimiento real.

A pesar de la cautela, hay espacio para la esperanza: "Las condiciones son graves, pero se espera que la economía de Japón repunte".