Aunque en ningún tramo de su discurso mencionó al líder del Sindicato de Camioneros, la presidenta Cristina Kirchner criticó a Hugo Moyano por el paro y bloqueo en el sector combustibles –“equivalía a un paro general”, dijo–, al tiempo que defendió el impuesto a las ganancias y lo redefinió como un “impuesto a los altos ingresos” que se paga en todo el mundo y que en la Argentina sólo afecta “al 19 por ciento” de los asalariados.

Sobre la protesta de los camioneros de la semana pasada, antes de firmar la paritaria, cuestionó: "Uno vio que otros sectores pudieron resolverlo sin enfrentamiento ni extorsión”.

En ese marco, la jefa del Estado aseguró que las actitudes de algunos sindicatos son difíciles de entender desde la "lógica gremial o política", y sugirió que "hay algo más" detrás de ellas.

"Hay actitudes que cuesta entender desde la lógica gremial o política. El mundo está en el Titanic, y nosotros en un bote que nosotros mismos construimos y está aguantando la tormenta. A quienes principalmente beneficia el proyecto están tratando de pinchar el bote con la lógica del escorpión", dijo.

Agregó que "lo único que queda suponer es que no hay brujas, pero que las hay las hay", y dijo en este contexto que no entendía la actitud de algunos gremios "salvo que haya algo más que cuestiones gremiales y políticas, a la luz de acontecimientos que son públicos y notorios en la región".

La mandataria señaló que el principal descuento que sufren los salarios de los trabajadores no es por impuesto a las ganancias, sino por los “aportes jubilatorios, obra social, Pami y cuota sindical”.

“En una remuneración bruta mensual de 10.000 pesos de un empleado soltero el primer descuento no es de ganancias sino por aportes personales del trabajador que conforman un total de 17 por ciento: (11 por ciento de jubilación, 3 por ciento de obra social, 3 para Pami) y entre 1,5 y 3 por ciento de cuota sindical”, explicó.

Y agregó que "recién sobre el remanente se aplica el impuesto a los altos ingresos".