El concejal justicialista Osvaldo Miatello lamentó la escasa participación que la población de Rosario tuvo este año en la votación del Presupuesto Participativo municipal (unos 6900, cuando en 2006 fueron 8500) y relacionó el hecho con la lenta o nula ejecución que las decisiones colectivas consiguen en la práctica.
“Creo que tanto el presupuesto participativo como el Concejo en los barrios son herramientas muy buenas, pero la forma en que se implementan a veces las desvirtúan”, afirmó Miatello a Rosario3.com.
Según el edil, muy pocos proyectos de los que reciben aprobación en el Presupuesto Participativo anual se ejecutan y los que logran materializarse, lo hacen después de mucho tiempo y “esto es lo que desestimula a la gente de seguir participando. Este año, concurrieron a votar casi un 20 por ciento menos de personas”.
Para graficar su argumento, Miatello aseguró que “de diez proyectos aprobados en el presupuesto del año 2006 en el distrito sudoeste, sólo uno se ejecutó y todavía quedan algunos pendientes del año 2005”. Además, el concejal presentó un pedido de informes para que el ejecutivo municipal diga por qué no se concretó un proyecto formulado por los vecinos del distrito centro en 2005, referido a la instalación de juegos en el Patio de la Madera.
Además, el edil apuntó una serie de irregularidades que no sólo contradicen el espíritu de la ordenanza que rige el Presupuesto Participativo, sino también el contenido de la misma: “La norma dice que en relación con el presupuesto global, el participativo debe ocupar siempre el mismo porcentaje o uno superior, pero nunca inferior –asegura Miatello– y sin embargo tanto el de 2007 como el de 2006 fueron inferiores al del año anterior”.
“En cuanto a la distribución de la partida por distrito –apunta el concejal–, la ordenanza establece que debe fijarse en relación con un índice social de demandas y necesidades, aunque en la práctica se distribuyó por partes iguales”. Todo ello con un agravante, ya que según asegura Miatello, “se está llevando gente a votar, en vez de dejar que la voluntad fluya de manera espontánea por parte de la población”.