Tras dos horas de sesión, finalizó este lunes la primera jornada del primer juicio oral regido por el nuevo Código Procesal Penal en Santa Fe.

En una sala especialmente acondicionada, en la que todo lo que sucede es detalladamente filmado por tres cámaras ubicadas estratégicamente, un tribunal de tres magistrados presidido por Carina Lurati tiene la responsabiliadd de juzgar a una mujer de 30 años acusada de matar a su marido con el pico de una botella en febrero de 2008.

En el primer día de audiencia, y luego de sorteado el escollo que significó la ausencia de los dos primeros testigos, se leyó la indagatoria de la imputada ante el juez que llevó la instrucción del caso, Jorge Eldo Juárez, y prestaron declaración en carácter de testigos, el hermano y la cuñada de la víctima.

La situación generó molestia entre los jueces –integran el tribunal, además de Lurati, Antonio Ramos y Julio García– que entendieron que se trataba ni más ni menos que de un papelón en medio de tanta expectativa: esos testigos son policías.

Indignada, Lurati llamó al jefe de la Unidad Regional II, comisario Osvaldo Toledo, y al rato apareció el primero de ellos.

La agenda del juicio continuará mañana martes a las 8.30 con la toma de más declaraciones a testigos y peritos de la causa.

La puesta en marcha de la oralidad en el único estado de Latinoamérica que aún tiene juicio escrito será gradual. En este caso fue el defensor oficial Emilio Delaux quien pidió que se adoptara esta modalidad.

Pero el propio presidente de la Corte Suprema de la provincia. Roberto Falistocco, advirtió que en Rosario hay una sola sala y que, por lo tanto, no se puede realizar más que un juicio oral al mismo tiempo. En ese sentido, opinó que “la provincia tendrá que poner lo suyo” si quiere que este sistema se generalice.

El caso

Marta Agüero, la imputada, está acusada del asesinato de su pareja, Jorge Antonio Rivero, el 2 de febrero de 2008.

El hombre era un interno de la cárcel Coronda, pero dos semanas antes del crimen salió con un permiso y no regresó. Vivía en una casa de pasillo de Gálvez al 4200 con Agüero y el hijo de la mujer, de 8 años. Allí se produjo el hecho.

La víctima había compartido una reunión familiar y a la noche quedó al cuidado de sus sobrinos mientras su hermano iba a bailar a la disco Mogambo. Según sus familiares, los nenes presenciaron cuando Rivero, en una discusión con su pareja, sufrió un corte en el cuello con el pico de una botella. Salió a pedir ayuda pero caminó unos metros y se desvaneció. Luego fue trasladado al Heca, donde murió

En la indagatoria que se leyó en la audiencia de este lunes, la imputada relató que el hombre habitualmente la golpeaba y amenazaba con matar a su hijo.

Sobre el episodio que terminó con la muerte del hombre, dijo que fue él quien rompió la botella y que luego se lastimó al abalanzarse sobre ella.

Una semana clave para una mujer humilde

Agüero es una mujer de aspecto extremadamente humilde, que dice ser cartonera, y se la veía tranquila durante la audiencia. En el cuarto intermedio pidió ir al baño, y fue llevada esposada por dos mujeres policías.

El desfile de testigos se espera que continúe hasta el miércoles. El jueves será el día de los alegatos y el lunes se conocerá la sentencia.

En caso de apelación, la misma se tramitará en la Cámara Penal de la forma tradicional. Para eso, los integrantes del tribunal de alzada tendrán a su disposición una filmación detallada del juicio oral.