No es la secuela de Graduados, sino una historia real. Los McMillans conforman una familia tipo: papá, mamá, dos hijos; pero hay un detalle que los hace especiales: se quedaron estancados en 1986.

El clan, radicado en la localidad canadiense de Guelph, no sólo escucha The Bangles y usa ropa con spandex, sino que toda la tecnología que los rodea no supera esa marca de tiempo.

Tienen teléfonos, pero ningún rastro de iPhone o tableta y ven películas en su videocasetera. Es más, el último verano se llevaron los mapas impresos en lugar del GPS.

Los McMillan decidieron que volver al pasado podría favorecer a sus hijos, tras notar la adicción a la tecnología que manifestaban Trey, de 5, y Denton, de 2 años.

Por ejemplo, a la hora de jugar los chicos tienen a mano la consola Nintendo con Super Mario Bros.

El “experimento” comenzó el pasado mes de abril y la idea es completar un año viviendo de ese modo, informa en Toronto Sun.

La elección de 1986 guarda relación con el año en que nacieron Blair McMillan y su mujer, Morgan. Hoy ambos tienen 27 años.