Los Certificados de Depósitos para la Inversión (Cedin) salen a la cancha y ya cotizan en bolsa. Se trata de uno de los tres instrumentos financieros –junto con el Bono Argentino de Ahorro para el Desarrollo Económico (Baade) y el Pagaré de Ahorro para el Desarrollo Económico (Pade)– que el gobierno diseñó en el marco de la política de blanqueo de capitales para inyectar dinero en la economía argentina e impulsar obras de infraestructura en el sector petrolífero.
El Cedin se podrá comprar en cualquier banco en dólares o en pesos y podrá ser utilizado para una variada gama de transacciones: desde compras inmobiliarias hasta indumentaria. Pero a poco de andar las opiniones sobre su llegada parecen rebotar entre la cautela y el entusiasmo. La principal preocupación es el valor que le asignará el mercado. Para algunos especialistas se arrimará a la actual cotización del dólar blue; otros estiman que lo superará.
Consultado por La Nación el titular de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss, indicó que la cotización del Cedin correrá casi a la par que el dólar blue y servirá para dinamizar la economía. “Va a funcionar como un bono –explicó– con el que se va a poder comprar cualquier cosa: habrá un tenedor final, quien para hacer líquido el valor tendrá que pasar por el sector de la construcción o inmobiliario”. Aunque –vale aclarar– no sólo por allí: la marca de zapatos y carteras Carla Danelli anticipó que aceptará el certificado como medio de pago.
Ahora bien, un sondeo realizado por El Cronista pronosticó una evolución del Cedin menos optimista: no solo su valor se ubicaría por encima del blue sino que para fin de año haría aumentar la presión sobre la moneda extranjera. Desde la consultora Elypsis indicaron que la circulación del certificado podría generar una caída en la demanda de pesos y aumentar como contrapartida la de dólares en el mercado negro. La misma proyección baraja un blue de entre 9,75 pesos y 10,5. Actualmente es de 8,08 pesos para la compra, 8,13 para la venta.
No obstante, la recepción general del instrumento parece ser positiva, sobre todo desde la Cámara Inmobiliaria donde advirtieron que si el certificado logra ganarse la confianza de la gente, es una de las mejores opciones para recuperar el vigor del sector, actualmente “paralizado y deteriorado”. De todos modos, prima la cautela.
“Pedimos que la operatoria sea sencilla”, dijo el presidente de la Cámara Roberto Arévalo.
Fraccionado en nominaciones de 100 a 100 mil dólares, el certificado tiene la fisonomía de un cheque, no tiene límites de endosos ni fechas de vencimiento. Se consigue en la ventanilla de cualquier banco a cambio de la entrega de dólares.
De este modo, con la invitación al “perdón fiscal” el gobierno intenta no solo reactivar el mercado inmobiliario y el de la construcción, sino incorporar billetes a las reservas del Banco Central; la mayoría de los cuales serán destinados al financiamiento de YPF.