Decenas de miles de libaneses se congregaron en el centro de Beirut para participar de una manifestación convocada por el movimiento chiíta Hezbolá y la alianza prosiria para derrocar al gobierno libanés.

Procedentes de todas las regiones libanesas, los manifestantes, llegados a pie o en autobuses, se congregaron en el centro de la capital coreando: primer ministro, Fuad "Siniora vete, escucha al pueblo" y "Estados Unidos fuera".

Cantos patrióticos y extractos de los discursos de los jefes de los grupos chiítas Amal y Hizbulá, jeque Hasan Nasralá y Nabih Berri, en los que critican al gobierno, eran difundidos por altavoces.

Los manifestantes llevan sólo banderas libanesas y pancartas, algunas de ellas con los lemas: "No queremos un gobierno que se venda", "Estamos por la libertad y vosotros por la esclavitud", "queremos un gobierno de unidad nacional, un gobierno libanés y no vendido al extranjero".

Un espectacular despliegue militar acompañaba este movimiento, que según se anunció continuará hasta la caída del primer ministro.

Estas protestas tienen lugar en momentos de mucha tensión política entre los grupos pro y anti sirios.

Anteayer, el jeque Hasan Nasralá, que lidera la oposición, calificó al gobierno de Siniora de "incompetente" y le acusó de "no haber podido materializar sus compromisos".

Siniora, por su parte, acusó a la oposición de intentar derrocar al sistema democrático, algo que, afirmó, "no permitiremos".

El primer ministro también recordó que la única manera de hacer caer el gobierno es "mediante el Parlamento. Cualquier otra cosa no tiene legitimidad, es irrisoria, viola la Constitución y constituye un golpe de Estado".