La justicia rosarina declaró la prescripción de la acción penal sobre Sebastián Pira por el homicidio simple de Daniela Caruso, la menor de 16 de años que murió atropellada en Oroño y Salta, el 2 de marzo de 1997.

Pira está prófugo de la Justicia y tiene pedido de captura internacional tanto en Argentina como en Holanda, luego de haber burlado a la Justicia, tras embestir con su Ford Galaxi a gran velocidad, tanto a Vanesa Caruso como a María Celeste Haiek, quitándoles la vida.

Este viernes, el juez de Instrucción de la 13a. Nominación, Osvaldo Barbero, hizo lugar al pedido de prescripción planteado en el expediente por el defensor oficial, Oscar Loberse, decisión que podrá ser apelada.

En junio pasado la Cámara de Apelaciones en lo Penal de Rosario había rechazado la prescripción de la causa contra Pira. El tribunal superior ratificó la resolución que en el mismo sentido había dictaminado el juez natural de la causa, Osvaldo Barbero, de Instrucción 13, quien postergó cualquier decisión en torno a la prescripción de la causa penal hasta tanto no tenga una confirmación desde Holanda, mediante un oficio diplomático que ya se envió, de que Pira no cuenta con ningún requerimiento judicial.

Es que Pira estuvo prófugo dos años y medio hasta que fue detenido por Interpol en el aeropuerto de la ciudad de Amsterdam a punto de tomar un vuelo hacia Tel Aviv. Mientras se iniciaba el complejo trámite de extradición, el muchacho fijó domicilio allí y quedó excarcelado, pero cuando lo fueron a buscar para enviarlo a la Argentina se esfumó. Desde entonces no se supo nada más de él.

El pedido para que la única causa que tiene pendiente Pira se clausure definitivamente lo había formulado a mediados de mayo pasado el defensor oficial Oscar Loberse. El representante del automovilista había planteado ante Barbero que el plazo máximo para que la causa siga inactiva ya se había cumplido. El abogado argumentó que ya pasaron más de 12 años desde el último acto procesal, que fue la declaración indagatoria que brindó el joven a pocos días de ocurrido el accidente.

Barbero rechazó ese petitorio porque consideró que antes debía descartar que el acusado tuviera algún requerimiento de la justicia holandesa por su última evasión. Fuentes judiciales indicaron que de no mediar ninguna cuestión pendiente en los Países Bajos, indefectiblemente la acusación contra Pira prescribiría. Frente a la negativa de Barbero, Loberse planteó la cuestión ante la Cámara de Apelaciones.

Durante la madrugada del 2 de marzo de 1997, Sebastián Pira, quien entonces tenía 21 años, conducía un Ford Galaxy por calle Salta en dirección al centro de la ciudad, a una velocidad estimada en 130 kilómetros por hora. Al cruzar Oroño atropelló a María Celeste Haiek, de 22 años, y a Daniela Caruso, de 16.

La primera de las chicas murió en el acto por el golpe que recibió. La segunda alcanzó a sobrevivir unos segundos y, según testigos y las pericias que se hicieron durante la instrucción de la causa, quedó aferrada al capó del auto. Pero Pira, lejos de detenerse, le imprimió mayor velocidad al vehículo. Así llegó hasta la esquina de Salta y Balcarce, donde se detuvo en forma brusca. Caruso entonces cayó al pavimento y Pira literalmente le pasó con el auto por encima.

Según la autopsia, la menor murió en ese instante. En el caso de Haiek, por la que estuvo acusado de homicidio culposo, el muchacho fue sobreseído por el paso del tiempo.