La profesora Ana María Degano, quien decidió retirar hace unos días la demanda penal y civil contra un alumno que se había quejado por continuos bochazos en su materia, asegura que no está arrepentida de haber iniciado la causa en la Justicia porque lo que el estudiante hizo estuvo fuera de lugar: "Que se aclare en los medios que el alumno sí se retractó", le pidió la docente a Luis Novaresio, del programa Diez puntos de Radio 2, con quien habló este viernes.

Mientras que el Ministerio de Educación decidió desplazar a Ana María Carrillo, rectora del Normal 1, por considerar que no actuó adecuadamente en el caso, Degano decidió tomarse licencia "por cuestiones de salud". En realidad, la docente aclaró que se ausentará de su cargo porque "un familiar directo tiene problemas de salud" e insistió en que su alejamiento "no tiene que ver" con el escándalo que generó el hecho de que enjuiciara a un alumno.

"Hay demasiada desinformación y demasiada mentira", se quejó Degano sobe la cobertura que los medios dieron a su caso. Y pidió leer al aire el acuerdo entre partes firmado en la audiencia de conciliación. Allí, según leyó la profesora, el alumno reconoció literalmente que "más allá del carácter Irreflexivo e inadecuado de los terminos empleados" en la carta presentada a las autoridades del Nomal 1 "en ningún caso fue su intención ofender, agraviar o injuriar a la profesora". Lo que Degano interpreta como una retractación.

Más allá de la audiencia de conciliación, el Ministerio de Educación continuó la investigación –tal como había anunciado– para averiguar en qué habían fallado las autoridades del Normal 1. Como resultado, la máxima autoridad de la institución, María Carrillo, será desplazada de su cargo a partir de la semana próxima.

A Carrillo, que desde que se inició el escándalo hasta estos días iba a trabajar en forma normal al colegio, se le iniciará un sumario interno. Tras la investigación se determinará si habrá una sanción y cuál será. Por lo pronto, una profesora que trabaja en la escuela asumirá la dirección. De todos modos, lo que se especula es que habrá presiones para que Carrillo se jubile antes de que se termine la investigación, para evitar sanciones.

Aunque todavía no está confirmado, a Degano también se le podría iniciar un sumario que podría determinar su desplazamiento del cargo.

Un caso polémico

El polémico caso salió a la luz el 20 de septiembre, luego de que fuera publicado en Rosario3.com. Juan Pablo Calandria terminó el año pasado de cursar tercero polimodal en el Normal 1. Aunque era buen alumno, le quedó una materia pendiente: Matemática Aplicada. Igual se anotó en la Facultad de Comunicación Social de la UNR y se preparó para tomar el examen. Se presentó en las mesas de diciembre, febrero y marzo, pero no aprobó en ninguna de las tres oportunidades. Al entender que la docente no actuaba de buena fe, le mandó una carta a las autoridades del establecimiento educativo en la que les pedía una instancia de recuperación y el cambio de tribunal.

La respuesta que le llegó cinco días más tarde no fue la más habitual. No lo citaron del colegio para una reunión entre partes, ni lo convocaron para que diera explicaciones. Le llegó una carta de la maestra en la que se le pedía que se retractara ante la amenaza de iniciarle juicio penal y civil por injurias. Aún estando procesado, el estudiante –quien quedó fuera de la universidad al no otorgársele mesa especial– rindió dos veces más con la docente que lo había enjuiciado al frente del tribunal. Recién aprobó el 14 de septiembre de este año, tras pedir la intervención en el caso del Ministerio de Educación.

En la carta enviada en abril a la rectora del Normal 1, María Carrillo, Juan Pablo explicaba que creía que a la profesora de Matemática Aplicada le faltaban “honestidad y ética”. Y argumentaba: “En mi caso personal puedo dar fe de las gruesas faltas de la profesora, que van del maltrato de alumnos en general hasta la discriminación de algunos de ellos por causas personales”. Según el estudiante, la docente tenía “preferencia con algunos y una inexplicable intolerancia para con otros”. Él creía encontrarse entre los del segundo grupo.

“Nunca he dado razón a ninguna profesora de que levante a alguna queja”, señalaba el adolescente en su carta, quien pedía a las autoridades que revisaran su legajo, para luego explicar: “Ya me he presentado a rendir en tres oportunidades y no he logrado aprobar la materia. Sé que el hecho de no aprobar no significa nada, pero que le de más oportunidades a un alumno que a otros es prueba concreta de diferencias que hace respecto a sus alumnos”. Al final de la misiva se planteaban dos pedidos: que se armara una mesa especial, para que él pudiera tener una chance de aprobar y no quedara fuera de la carrera universitaria que estaba cursando, y además se reclamaba un cambio de tribunal.

La respuesta de Ana María Degano, profesora de Matemática Aplicada de la institución, fue enviarle al chico una carta en la que lo amenazaba con llevar el caso a la Justicia si no se retractaba. Poco después, la docente inició una causa penal por injurias, figura por la que está prevista una pena de prisión de un mes a un año, y otra civil, en la que pide al chico y sus padres un resarcimiento de 5 mil pesos.

Las autoridades de la institución, por otra parte, no aceptaron el pedido del alumno para mesa especial ni tampoco para cambio de tribunal. Como consecuencia, Juan Pablo quedó fuera de la universidad y volvió a rendir en julio, con la misma profesora, la que lo había enjuiciado, quien lo volvió a bochar. Pero intentó de nuevo en septiembre, en esta oportunidad también con la misma profesora en el tribunal, pero tras pedir la intervención del Ministerio de Educación. Entonces sí aprobó el examen.