“Debemos estar educados para ser precavidos, con las temperaturas más elevadas, el dengue vuelve a transformarse en una preocupación”, señaló el especialista Guillermo Mariategui.

Al explicar el ciclo vital del mosquito transmisor señaló que éste “sufre una metamorfosis: pasa de huevo a larva, luego a pulpa y por último a adulto. En esta época están en el agua, aletargadas, pero cuando la temperatura supera los 15 grados en el agua empiezan a eclosionar, se empulpan y salen los adultos. Con el frío vuelven a morir y las larvas quedan en el agua. En primavera las larvas producen descendencia de la que salen adultos que se aparearán, y las hembras para aparearse necesitan chupar sangre, es en esta instancia cuando pican”.

Mariategui recordó que es “imperioso” tener en cuenta que el mosquito se encuentra alrededor de los humanos, a unos 100 metros. “Está alrededor de nuestras casas y se alimentan de nosotros. El año pasado se brindó una charla acerca de la prevención con el doctor en Química Héctor Masuh, donde todos coincidieron en que la mejor solución es fumigar. Pero para fumigar al Aedes aegypti, hay que voltearlo en vuelo, porque no se posa y no sufre en caso de tocar algún producto que esté en la pared”, advirtió.

Otro inconveniente es que tiene que ser una gota liviana para que permanezca en la nube y no caiga, y lo suficientemente grande para que cuando lo alcance, haga efecto. “Esto hace que no sea sencilla la fumigación, pero en términos político-sociales, la población quiere ver una máquina con una termoniebla. Otra cuestión a tener en cuenta es que a las fumigaciones hay que realizarlas a las seis de la mañana, o a las nueve de la noche que es cuando el mosquito está en actividad, otra de las cuestiones que complica el panorama”, afirma Mariategui.

El especialista aconseja el “descacharrado”, es decir desechar los lugares donde se ponen los huevos, como en aguas claras, limpias, en recipientes chicos y oscuros. Por ejemplo: tapitas de gaseosas tiradas en la calle, plantas que mantienen agua entre las hojas y en las paredes donde están los vidrios de botellas para que no salpiquen la pared y quede agua estancada.

“Se trata de limpiar siempre cerca de las casas, donde hay botellas, latas y recipientes de agua oscura, todos estos lugares donde el mosquito pone el huevo. Lo primordial se juega a nivel educativo. Debemos estar educados para ser precavidos, de esta manera sabremos que hay que cambiar todos los días el agua del perro por ejemplo, pero que no hay que preocuparse por una pecera, porque si bien es agua limpia, hay peces que se comen la larva. Lo mismo con una pileta de natación, que en general, en el verano, se la mantiene limpia y además el clorado evita al mosquito”, recuerda Mariategui.

Y concluye: “el ciclo de este mosquito va a ser mayor y habrá más cantidad que durante el año pasado. Desde la cátedra monitoreamos al mosquito todo el año por medio de ovitrampas (que son unos tarritos de plástico oscuro), con un bajalengua como el de los médicos con un tercio de agua. Ahí el mosquito pone el huevo sobre la madera del bajalengua, y se va midiendo la cantidad de mosquitos que aparecen. Cuando el aumento es brusco se busca la forma de solucionarlo. A partir de esto podemos decir que el mosquito está instalado y debemos saber que el problema es la enfermedad, no el insecto”.

Fuente: Universidad Nacional de Lomas de Zamora