Haydée Paula Pérez tiene 72 años y en su voz se mezclan varios sentimientos mientras relata las circunstancias en las que murió este lunes su marido, Emilio Damián Maruco, de 82 años, conocido como el acordeonista de la peatonal. Siente impotencia porque quizás él podría haberse salvado, dolor por la pérdida de alguien querido y bronca por el trato recibido en el Pami II y el servicio de emergencias a domicilio de la misma obra social, que demoró tres horas en concurrir cuando Emilio se descompuso.

Según cuenta Haydée a Rosario3.com todo comenzó hace unas semanas cuando su marido llegó a la casa diciendo que no volvería a tocar el acordeón a la peatonal Córdoba, a la altura del 1.100, como habitualmente lo hacía, porque le dolía mucho el cuello.

Al día siguiente mientras tomaba un baño se descompuso y cayó al suelo sin posibilidad de levantarse por sus propios medios. Como la puerta quedó trabada por su cuerpo, su mujer llamó urgente al 139 –teléfono correspondiente a la Central de Emergencias Pami, obra social a la que pertenecen ambos– y les explicó que a pesar de que Emilio estaba consciente, no podía incorporarse. Aún así, transcurrieron tres horas hasta que la ambulancia llegó y entre el médico y el chofer lograron empujar la puerta, tras lo cual levantaron al enfermo y lo trasladaron al Pami II.

Allí lo tuvieron internado un par de días, en sala común hasta que un médico le explicó a Haydée que su esposo tenía una arritmia y algunos síntomas de senilidad, que no justificaban su permanencia en el policlínico. En consecuencia, le anunció que al día siguiente debía volver a su casa.

Haydée empezó a preocuparse porque no lo veía bien. Temiendo que se complicara su estado de salud, fue a la comisaría de su barrio a hacer la denuncia policial, pero allí le sugirieron ir a Tribunales y hacer una denuncia judicial. Del Tribunal provincial la derivaron al Federal por cuestiones de jurisdicción (el Pami es una dependencia nacional). En el Tribunal federal de Oroño al 900 una asistente social la asesoró para que se negara a retirar a su esposo de la internación, bajo advertencia de iniciar un recurso de amparo por abandono de persona.

Haydée volvió al Pami II y se encontró con el alta firmada por el médico que atendía a Emilio, en la que dejaba constancia de que estado de salud del paciente era bueno, a pesar de los síntomas antes descriptos. Ella se negó a retirarlo, explicó los argumentos que le brindó la asesora de la Justicia Federal y logró que lo dejaran internado y empezaran a hacerle estudios.

A las pocas horas, su estado de salud empezó a agravarse y sufrió una hemorragia interna de la cual ningún médico dio explicaciones. Emilio murió este lunes y su esposa necesita que la Justicia investigue para saber qué pasó. Además describe las instalaciones del Pami II como “poco higiénicas, oscuras e insalubres” y quiere que ningún otro jubilado tenga que pasar lo que su esposo y ella pasaron.