En Rosario también se consigue. Luego de que 17 cadetes de la Federal fueran internados por un “baile” durante en la instrucción, un médico policial y la madre de un aspirante a convertirse en agente de la Policía santafesina dijeron a Radio 2 que también en la Escuela de Cadetes locales se humilla y maltrata a los alumnos. Tanto que, según denunciaron, ya se produjeron cien renuncias.
José, que es médico de la fuerza, y Marta, madre de un chico que hace un mes empezó la instrucción, contaron a Radio 2 que las “humillaciones” son cosas de todos los días en la Escuela de Cadetes rosarina.
“Es un problema de hace mucho tiempo. Creen que así se les forma la personalidad, pero no se dan cuenta es que están formando agentes resentidos que después repiten lo que les hicieron a ellos”, afirmó.
Y relató del caso de una chica que le contó que le pisaban la cabeza y le decían que si no le gustaba renunciara.
Según Marta, en tanto, fueron cien las renuncias de chicos que vieron que no iban a aguantar el maltrato. “Mi marido es militar y en su instrucción nunca recibió este tipo de humillaciones”, afirmó en el programa Diez puntos la mujer, que ya pidió una reunión con la directora de la escuela.
“Les pisan la cabeza, les hacen lavar los autos de los oficiales, trapear los pisos, lavar los platos y los utensilios de los superiores. Pero de instrucción policial, las enseñanzas sobre qué se debe hacer para ser un buen policía, nada”, se quejó.
Además, tanto José como Marta dijeron que los chicos sufren restricciones en las comidas. “Para desayunar le dan mate cocido y pan viejo y de almuerzo le dan carne vieja lavada con vinagre”, sostuvo Marta.
José, que es médico de la fuerza, y Marta, madre de un chico que hace un mes empezó la instrucción, contaron a Radio 2 que las “humillaciones” son cosas de todos los días en la Escuela de Cadetes rosarina.
“Es un problema de hace mucho tiempo. Creen que así se les forma la personalidad, pero no se dan cuenta es que están formando agentes resentidos que después repiten lo que les hicieron a ellos”, afirmó.
Y relató del caso de una chica que le contó que le pisaban la cabeza y le decían que si no le gustaba renunciara.
Según Marta, en tanto, fueron cien las renuncias de chicos que vieron que no iban a aguantar el maltrato. “Mi marido es militar y en su instrucción nunca recibió este tipo de humillaciones”, afirmó en el programa Diez puntos la mujer, que ya pidió una reunión con la directora de la escuela.
“Les pisan la cabeza, les hacen lavar los autos de los oficiales, trapear los pisos, lavar los platos y los utensilios de los superiores. Pero de instrucción policial, las enseñanzas sobre qué se debe hacer para ser un buen policía, nada”, se quejó.
Además, tanto José como Marta dijeron que los chicos sufren restricciones en las comidas. “Para desayunar le dan mate cocido y pan viejo y de almuerzo le dan carne vieja lavada con vinagre”, sostuvo Marta.
