La artrosis es un proceso degenerativo de desgaste del cartílago, que afecta sobre todo a las articulaciones que soportan más peso, o que tienen exceso de movimiento, como por ejemplo las caderas, las rodillas o las manos. Generalmente, se vincula con el envejecimiento de las articulaciones, ligado al paso del tiempo, ya que las articulaciones se desgastan durante los años y existe una menor capacidad de recuperación de los tejidos al aumentar la edad.

Sin embargo, aunque la artrosis se ha asociado al envejecimiento, existen otros factores de riesgo para padecer esta enfermedad. La obesidad predispone a la artrosis en las caderas y rodillas ya que el sobrepeso acaba dañando la articulación. Incluso las malas posturas a la larga pueden provocar el desgaste de las articulaciones, por ejemplo una pierna torcida, o una pierna más larga que otra.

Si bien el deporte es una buena manera de fortalecer las articulaciones, también puede desgastarlas de no realizarse de manera adecuada. Los casos de artrosis tempranas en deportistas son, por lo general, mucho más frecuentes que en personas más sedentarias.

A la hora de practicar deportes en los que las articulaciones tienen una mayor exigencia como el running, fútbol, tenis, rugby, artes marciales, danza, acrobacia aérea e incluso pilates, resulta de vital importancia proteger al máximo las articulaciones mediante el equipamiento adecuado. Por ejemplo, usar zapatillas que absorban los impactos a la hora de correr es esencial para cuidar rodillas y caderas. Por otro lado es fundamental la correcta ejecución de los diferentes ejercicios. Nunca debemos desplazar la carga ni la tensión del ejercicio a las articulaciones; la correcta colocación y la acción directa de los músculos evitarán un daño innecesario en éstas. Al igual que el descanso, los estiramientos y evitar realizar ejercicios demasiado elaborados si no tenemos un completo control sobre nuestro cuerpo y los movimientos adecuados en cada rutina, también funcionarán en la prevención.

La consulta -cuando se inician las dolencias- es fundamental ya que, gracias a la investigación en este campo y a las nuevas técnicas de detección, es posible tratar el problema precozmente sin necesidad de extender la molestia en el tiempo hasta llegar a un reemplazo de cadera.

La alimentación es otro punto a tener en cuenta, ya que las articulaciones toman de las vitaminas C y los minerales como el calcio, el potasio, el selenio y el magnesio los nutrientes esenciales para mantener al colágeno en perfectas condiciones. Existen en nuestro mercado diversos complementos alimenticios que permiten potenciar la producción de colágeno y que pueden ser incorporados cuando las articulaciones son sometidas a una actividad de mayor intensidad que la habitual. De esta manera, es posible colaborar con la protección natural del cuerpo y evitar una potencial artrosis prematura. Siempre es conveniente consultar al médico nutricionista sobre la necesidad de ingerirlas.