La válvula desarrollada por investigadores de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) consiste en un diafragma comandado en forma inalámbrica por una microbobina que abre, cierra y se queda en una posición intermedia. Este diseño permitirá aliviar el glaucoma en forma más eficiente y segura para el paciente, a la vez que será de fácil inserción para el cirujano debido a su pequeño tamaño.

Para el diseño de la microválvula, los científicos de la UNER trabajaron en asociación con el Centro Internacional de Métodos Computacionales en Ingeniería y el Laboratorio de Física de Semiconductores del Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química (Conicet/UNL-Santa Fe), del cual el doctor en ingeniería Fabio Ariel Guarnieri es miembro, para la utilización de herramientas computacionales basadas en el método de los elementos finitos y la aplicación de conocimientos de materiales y procesos de la tecnología de microchips que permite reducir costos en la producción a gran escala.

El glaucoma es una afección degenerativa que lesiona las fibras del nervio óptico que afecta a entre el 1 y el 2% de los adultos. Uno de los principales factores que pueden inducir a esta enfermedad es la presión intraocular alta, que produce un daño progresivo del nervio óptico que puede conducir a la ceguera.

Las primeras válvulas para tratar el glaucoma fueron desarrolladas en 1969 y conectaban la cámara anterior del ojo con la esclerótica a través de un conducto de silicona. Actualmente, para evitar un drenaje excesivo se comercializan válvulas como las de Ahmed, que tienen mecanismos elásticos que disminuyen su resistencia hidráulica cuando aumenta la presión intraocular.

Estos implantes presentan inconvenientes en el corto y el largo plazo, que resultan de la formación de una cápsula fibrosa alrededor de ellos, que modifica su resistencia. En el corto plazo, después de las intervenciones quirúrgicas, las válvulas tienen un drenaje aumentado que provoca una baja presión intraocular, con la posibilidad de generar daño en la córnea y la retina. A largo plazo, se produce el aumento de la resistencia hidráulica por fibrosis, lo que disminuye el caudal drenado y aumenta la presión ocular.

Los actuales dispositivos para el drenaje del humor acuoso han dejado de ser tubos con mínima resistencia para convertirse en dispositivos con resistencias variables en pequeños rangos predeterminados en el momento de fabricación. La válvula ideal sería aquella que cambiara su resistencia hidráulica manteniendo la presión.

Para este fin, el grupo de investigación de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) se encuentra trabajando en una microválvula inteligente creada para el alivio y tratamiento de la presión intraocular alta.

Esta válvula hace innecesaria la operación de recambio a la que se somete a los pacientes en la actualidad, gracias a la posibilidad de control del tamaño de dicha válvula por parte de la microbobina.

En lo que concierne a su carácter original, "éste reside en la inexistencia de un concepto similar en el mercado y también en la tecnología empleada: incorpora funciones de microfabricación y nuevos materiales, como los polímeros conductivos, que permiten brindar eficacia combinando biocompatibilidad y seguridad", dijo Guarnieri al comparar con la tecnología actual de válvulas y sus complicaciones.

Por este desarrollo, Guarnieri ganó el primer premio “Innovar 2007” en Investigaciones Aplicadas y también obtuvo dentro de la misma categoría una distinción en Innovar 2009 por el Simulador de Cirugía Ocular. Por otra parte, el equipo de investigación que trabaja en la microválvula inteligente ganó el primer premio por el proyecto de diseño de circuitos integrados, en un congreso de microelectrónica organizado por la Escuela Argentina de Microelectrónica, Tecnología y Aplicaciones que se realizó este año en el Instituto Balseiro, de Bariloche.

Fuente: UNER