El observatorio solar más antiguo de América, construido hace más de dos mil años, está en la zona costera del Perú y a sólo 400 kilómetros de Lima, reveló un estudio publicado por la revista "Science". El observatorio está formado por trece torres levantadas en línea, de norte a sur sobre la cima del monte Chankillo, que indicaban con precisión el desplazamiento anual del Sol, así como los solsticios y los equinoccios.

Además, contiene dos puntos artificiales de observación separados por unos 200 metros con una especie de fortaleza rodeada por tres anillos concéntricos. Su construcción revela que el conocimiento de la astronomía existía en la región desde antes del Imperio Inca, según los arqueólogos Ivan Ghezzi, de la Pontificia Universidad Católica de Perú, y Charles Ruggles, de la Universidad de Leicester, en el Reino Unido.

También son una prueba de que en ellos se realizaban rituales religiosos vinculados con los fenómenos astronómicos. "Las torres de Chankillo nos proporcionan una prueba de las primeras observaciones solares y de la existencia de avanzados cultos al Sol, los cuales precedieron casi 2.000 años a los del Cusco incaico", indicaron los científicos en el informe de su investigación.

Hasta ahora, en base a los relatos de los primeros cronistas, se creía que los primeros observatorios solares estaban en la región de Coricancha, cerca del Cusco, o habían sido construidos por la cultura Moche, 600 años después de Chankillo. Sin embargo, los denominados "pilares del Sol" que marcaban las estaciones y el momento de realizar los sembrados en la región del Cusco han quedado borrados con el paso del tiempo y se desconoce su ubicación precisa.

Chankillo "es una estructura muy anterior en la costa peruana que parece haber sido construida para facilitar las observaciones del ocaso y del amanecer", señala el informe. Por otra parte, las excavaciones arqueológicas revelaron que en la construcción se hacían ofrendas de figurines de guerreros de cerámica con adornos que parecerían ser signos de distinción, lo que sugiere prácticas rituales así como la existencia de clases sociales.

"La adoración del Sol y las costumbres cosmológicas de Chankillo tal vez hayan ayudado a legitimar la autoridad de una clase de elite, como ocurrió con el imperio inca dos milenios después", según los científicos. Para Ghezzi la constatación de que Chankillo y sus torres levantadas hace 2.300 años fueron un observatorio solar resuelve un rompecabezas científicos que se mantenía desde hace más de un siglo.