M.Q (Desde la motorhome, en algún punto del camino entre San Pablo y Rio de Janeiro).- 

¡Y arrancó nomás!. Puntapié inicial con la motorhome DKY en San Pablo. El Mundial pone primera y nosotros no podemos no estar acá. Lógicamente, no estamos en el estadio (costo reventa entradas=gasto de una semana de viaje) sino en la fan fest, en medio de la inmensa ciudad, en Parque Anhangabau. 

¿Qué se siente distinto hasta ahora? ¿Qué se siente de estar acá y no verlo por tele? Se siente el "calor" brasileño. No el que ya nos dejó guardar las frazadas en el portatuto, sino el que se huele en las calles donde no hay paulista que no luzca su casaca con el nombre del héroe de la jornada inaugural, "Neymar Jr" en la espalda. Ese calor que les corre por las venas cuando bailan desde tres horas antes del partido con Luan Santana en vivo. Que aunque haya "refrescado" con ese gol en contra de Marcelo, volvió con todo después de la remontada del tetracampeon. 

¿La perla negra? Ese "calor" también se siente en las interminables colas para comprar cerveza, para ir a los escasos baños públicos. Y eso genera que tal como el árbitro japonés a los croatas, a nosotros también ya nos hayan metido "la mano en los bolsillos": nos robaron un celular. Maldición.

Ahora "la DKY" toma la Dutra (autopista a Rio). Muchos bocinazos de patentes argentinas. Barra de Tijuca es el destino final en el Garmín, y los cañones apuntan a nuestro debut en la noche carioca. Lógicamente, también al de la celeste y blanca el domingo en el Maracaná. ¡Belleza!